Shawn Mendes llena el Sant Jordi
Shawn Mendes durante el concierto en el Palau Sant Jordi (Doctor Music) 

Eran tan solo las seis y media de la tarde y la explanada del Palau Sant Jordi ya estaba abarrotada. Los fans de Shawn Mendes llevaban todo el día haciendo cola y esperando con impaciencia la apertura de puertas del recinto.

Las puertas del Palau se abrieron de forma puntual y la Mendes Army (nombre que reciben los fans del cantante canadiense) fue entrando de forma sorprendentemente organizada. A la entrada del recinto se repartían unas pulseras que formarían parte de la puesta en escena del concierto.

A las ocho en punto apareció Alessia Cara, la telonera del concierto. Interpretó todos sus grandes éxitos, que eran bastantes para ser una telonera. A menos veinte la intérprete de Here, Scars To Your Beautiful o Stay ya había abandonado el escenario.

El espectáculo de Mendes empezó de forma puntual. El ídolo de masas apareció del subsuelo con guitarra en mano para interpretar Lost In Japan. Con There’s Nothing Holding Me Back se desató la locura en el Palau. Des del primer momento se pudo ver que la escenografía del concierto estaba muy cuidada, desde las pulseras luminosas que se encendían al ritmo de las canciones  hasta la pantalla circular que colgaba encima del escenario principal.

En Nervous, Mendes hacía el primer cambio guitarra y dejaba mostrar su gran falseto. Las canciones se continuaban sin pausas intermedias. De esta forma llegaba Stitches, el éxito que catapultó a Mendes a la fama. Éste fue uno de los más coreados del concierto.

El canadiense se sentaba por primera vez al piano para encarar I Know What You Did Last Summer, su colaboración con Camila Cabello. Era un piano de pared que también formaba parte del impresionante juego de luces, ya que estaba iluminado. Y de la colaboración con Camila Cabello saltó a Mutual, una de las canciones de su último disco, y volvió a coger la guitarra. A medida que pasaba el concierto los padres, las madres, los hermanos, los novios que acompañaban a las fans empezaron a animarse.

Si en canciones como Nervous o Mutual se notaba la influencia de Michael Jackson, en la balada Bad Reputation se notaba la clara influencia de U2. Mendes bebe de muchos artistas y ha sido comparado con otros muchos, como Ed Sheeran o su compatriota Justin Bieber. Eso se debe a que aún no está claro que tipo de artista es Mendes, que aún experimenta con su estilo. Podría ser un pianista baladero, una estrella del pop rock o un cantante sensual de soul y R&B. Seguían las canciones y Mendes volvía a sentarse al piano con Never Be Alone. En esta pedía la participación del público para corear los “ooh ooh ooh’s” del estribillo.

Después de esta canción Mendes cambió de escenario. El segundo escenario estaba en el centro del recinto, era mucho más pequeño y encima de él colgaba una rosa gigante que se iluminaba igual que las pulseras. Allí le esperaba un gran piano de cola para encarar dos de las baladas favoritas de la Mendes Army, Life Of The Party y When You’re Ready. En ese mismo escenario volvía a cambiar de instrumento y encaraba otras dos canciones más, Ruin y Like To Be You. En éstas dos se agachó para interactuar con el público que se había amontonado alrededor del escenario central.

Volvió al escenario principal para afrontar el tramo final del concierto. Este tramo empezaba con otros de sus grandes éxitos, Treat You Better. Con Particular Taste, Mendes abandonó tanto la guitarra como el piano por primera vez en todo el concierto. La intimista Where Were You In The Morning no se hizó pequeña ante un Palau que hubiese coreado cualquier cosa. En Fallin’ All In You las fans habían preparado un “fan project” (durante una canción el público tiene la premisa de levantar un cártel, como si se tratase de los mosaicos del Camp Nou) pero no tuvo mucho éxito. Con un guitarreo el canadiense hacía frente a Youth, su colaboración con Khalid. Durante esa canción hizo el primer y único discurso de la noche. Dijo que la juventud (youth en castellano) no la asociaba a la edad sino a la libertad y cualquier persona era capaz de cambiar el mundo.

No hubo bis. Sin bajar del escenario encaró las tres últimas canciones del concierto. Primero Mercy, otro de los grandes éxitos del cantante. Le siguió una versión a piano del éxito de Coldplay, Fix You. Finalmente llegó In My Blood, la canción nominada al Grammy por Mejor Canción del Año. El concierto acabo con Shawn Mendes saludando a las fans de primera fila entre humo y confeti.

En un concierto que se hizo corto Mendes demostró que es más que un ídolo de masas. Con su gran registro vocal y su talento para tocar la guitarra y el piano logró convencer hasta a los más escépticos. El canadiense ha venido para quedarse y seguirá cosechando éxitos cuando el fenómeno fan se haya desinflado.

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