“Madres paralelas” funciona gracias a la brillantez de
sus interpretaciones, pero falla en el paralelismo de sus tramas
Fotograma de "Madres paralelas"

En la filmografía de Pedro Almodóvar nos encontramos con películas brillantes, otras notables y algunas que simplemente no dan la talla, pero ninguna de ellas logra dejar indiferente al espectador. El cineasta tiene esa capacidad de impactar en el espectador y de plantearle continuamente preguntas a las que seguirá tratando de encontrar respuesta una vez que sale de la sala. Las películas del cineasta manchego no se olvidan de un día para otro, lo que sin duda es un punto muy a favor suyo. “Madres paralelas” se sitúa dentro del grupo de películas notables del director, ya que pese a tener ingredientes para encontrarse dentro del ranking de sus mejores obras, su conjunto final chirría por la falta de conexión entre sus dos tramas.

“Madres paralelas” es una cinta que hay que ver sin haber leído antes nada de ella, puesto que conocer previamente alguna de las sorpresas que esconde arruinarían el viaje que nos propone el director manchego. La sinopsis oficial del filme y la información que el espectador conoce es la siguiente: “Dos madres accidentales dan luz en el mismo hospital y crean un vínculo muy estrecho entre las dos, siguiendo caminos entrelazados”.

El 22º largometraje de Almodóvar une dos películas distintas y que a priori son independientes una de la otra: en primer lugar, se nos presenta la historia del desentierro de una fosa donde Almodóvar quiere reivindicar la memoria histórica, siendo el argumento secundario del filme y que ocupa el principio y el final del filme. El resto del metraje se centra se centra en el melodrama del que Janis (Penélope Cruz) es la protagonista, una trágica historia donde una madre soltera se enfrenta a una dura decisión y a las consecuencias que esta conlleva. Si bien la trama de la maternidad está narrada de una manera exquisita y emocionante, con una Penélope Cruz a la que no le cabe más dolor y que está siempre a punto de estallar y a una Milena Smit que es todo un descubrimiento, el apartado de la memoria histórica parece metido con calzador, y es que no hay prácticamente conexión entre las dos tramas. Almodóvar busca con “Madres paralelas” hacer una reivindicación política que podría haber tenido cabida en cualquier largometraje y que ha decidido introducir en este, provocando cierta confusión.

En su trama principal encontramos el sello de Almodóvar en estado puro: mujeres solas que se apoyan unas a las otras y que vienen de familias que no le han hecho la vida fácil. Su interesante reflexión acerca de la maternidad sobre qué hace madre a una mujer con personajes como el de Aitana Sánchez-Gijón y el de Rossy de Palma elevan a “Madres paralelas” y consigue que sea un retrato muy fiel y naturalista del mundo real, con referencias muy actuales como la violencia vicaria o las violaciones.

Tras una segunda parte de metraje muy intenso y desolador, Almodóvar busca en los últimos minutos ofrecer luz y esperanza a través de unos personajes que parecen haber encontrado su camino y trasladando la acción a la España rural. El cineasta deja en mano del espectador el unir los paralelismos conceptuales de las dos tramas y que cada uno saque sus propias conclusiones a la vez que peca de expositivo y didáctico en algunas escenas. “Madres paralelas” es un filme que no se olvida fácilmente pero que no logra alcanzar la brillantez que Almodóvar ha conseguido con sus otros trabajos.

Valoración: 3,5/5

Lo mejor: La contención de Penélope Cruz y la exquisitez de Milena Smit

Lo peor: La sobre explicación de algunas escenas y la sensación de que sus dos tramas corresponden a dos filmes distintos

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