Desde que llegó a la escudería austriaca, Pol Espargaró ha ido experimentando un crecimiento digno de un campeón del mundo de Moto2. En su primer año en KTM, el primero también para la marca en la categoría reina, el de Granollers logró terminar hasta en seis ocasiones dentro de los puntos, tres de ellas en forma de Top10.

Unos resultados que han hecho que KTM lo tenga como el piloto de referencia y que, a día de hoy, sigan contando con él de cara a las próximas temporadas para llevar a KTM al camino que tenían en mente cuando apostaron por un equipo en la categoría reina, el mundial de MotoGP. 

Sin embargo, esta temporada no ha comenzado de una forma muy positiva para el catalán que ya en los primeros test de pretemporada se fue al suelo de una forma muy brusca. Una caída que le causó que una hernia que padecía se le agravase y tuviese que ser intervenido, y que se perdiese los test del circuito de Buriram (Tailandia). 

Además, en la primera carrera de la temporada, el 44 se fue al suelo varias veces durante los entrenamientos del viernes y el sábado y que tuviese que retirarse en la carrera por un problema en su moto. “Ha sido una pena. No entendemos qué ha pasado y por qué ha pasado. Esto es lo que más nos preocupa. Cambiamos todo el tema electrónico antes de salir a carrera, pero ha seguido fallando igual que en la Qualifying. Nos hemos tenido que retirar”.

Pero si hay algo que caracteriza a Pol es su optimismo y su capacidad para reponerse en las malas rachas y tirar para adelante, por lo que pese al mal resultado de la carrera es optimista de cara al futuro y pone en perspectiva la situación actual de KTM:  “Es una lástima, pero es la primera carrera en nuestro segundo año. No nos podemos pedir grandes cosas, pero estamos en el camino. En 2017 en Argentina fue la primera vez que luchamos con alguien. Seguro que va a ir mejor. El año pasado estábamos el último de los últimos, esta temporada estamos rodando en los puntos”.

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