Quince victorias y cuatro subcampeonatos después, Mikko Hirvonen deja el Campeonato del Mundo de Rallyes. El piloto finlandés, que hacía su debut en el WRC en 2002, abandona un certamen del que ha sido pieza fundamental durante los últimos años. 

Tras de él deja una carrera en la que su única espina clavada ha sido no haber podido hacerse con el título. Aunque parte de culpa la ha tenido el haber tenido como contrincante a un tal Sébastien Loeb. Hirvonen dejará la que ha sido su casa de manera permanente desde 2003 en el Rally de Gales, última cita puntuable para la presente temporada, para no regresar jamás. 

La emoción de la despedida

En una emotiva carta publicada en su página web, Hirvonen se despedía de la afición con una cercanía más propia de una persona nacida en un país mediterráneo que de uno nórdico. 

Entre otras cosas, el finlandés afirmaba que a lo largo de los años se había centrado mucho en sí mismo: "He disfrutado absolutamente de cada minuto del WRC y, aunque todavía me gusta pilotar, también me gustaría concentrarme más en otras cosas importantes que forman parte de mi vida, como mis hijos y mi familia". 

También tuvo palabras para quien ha sido su mano derecha, Jarmo Lehtinen, del que decía que había sido un placer trabajar con él. "Nada de esto sería posible sin él. Nos conocimos por primera vez en el aeropuerto de Helsinki en 2001 antes de volar a Italia, donde estábamos destinados a correr nuestro primer rally juntos. Fue el comienzo de una gran amistad. Trece años llenos de risas, aventuras, triunfos, derrotas y pasiones, eso es todo lo que experimentamos juntos", señaló el finés.

Los duelos con Loeb

Sin duda, el principal oponente en la carrera deportiva de Hirvonen ha sido Sébastien Loeb. En el recuerdo quedaron sus épicos duelos durante la última década, tanto cuando eran rivales en M-Sport (el equipo más imporante en la carrera del finlandés) y Citroën Racing, como cuando se convirtieron en compañeros de equipo en la escuadra gala. 

Hirvonen finalizaba su carta precisamente acordándose de Loeb: "fueron las mejores peleas y las que más me gustaron, ya ganase o perdiese. 'Seb' era un gran compañero de equipo y rival por el que yo tenía, y sigo teniendo, mucho respeto y creo que es mutuo". 

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