Danny Kent evidenció en Montmeló la enorme superioridad que tuvo frente a sus competidores en los primeros compases del campeonato. El del Leopard tuvo un ritmo infernal durante todo el fin de semana, siendo Bastianini el único capaz de seguirle la estela. Precisamente el italiano cosechó en la pista vallesana su primera 'pole' mundialista, superando a Kent y a Jorge Navarro, que completó la primera fila. 

La carrera, a pesar del ritmo mostrado por Kent, fue muy igualada. Y es que el '52' no solo fue el mejor en velocidad, también lo fue en astucia. En las primeras vueltas se mostró precavido y no quiso exponerse a ningún incidente. Dejó que pilotos como Oliveira, Bastianini o Vázquez tomaran la batuta de la prueba, mientras él, aprovechándose del rebufo de sus rivales en la larga recta del circuito de Barcelona-Catalunya, se dedicó a esperar su momento. 

Las últimas vueltas de carrera fueron de lo más igualadas en Montmeló | Foto: Leopard Racing

A mitad de carrera, el propio Kent atacó. Su intención era la de escaparse, pero tanto Efrén, como Bastianini y Oliveira se lo impidieron. Lo que sí logró es seleccionar el grupo, que en las primeras vueltas llegó a tener hasta diez unidades. Lo dejó en seis. Tras el ataque, el baile de posiciones en cabeza fue constante. Oliveira intentaba liderar, y lo lograba, pero en la recta nada podía hacer frente a las Honda que le acompañaban. 

Ataque final 'in-extremis'

La reacción de Kent llegó más tarde de lo que todos esperaban, pero llegó. El británico inició la última vuelta en la sexta posición, la última del grupo cabecero. En la primera curva se puso segundo tras una arriesgadísima maniobra, y en la cuarta dio cuenta de Antonelli, quien lideraba la carrera. Fue entonces cuando Kent puso una marcha más, impidiendo que Bastianini le pudiera ni siquiera meter la rueda

Kent, que venía de dos carreras seguidas sin vencer, volvió a saborear la victoria. Esta vez, a diferencia de las victorias de Argentina o Austin, donde se escapó y dominó con puño de hierro desde las primeras vueltas, demostró que lo suyo no era solo ser rápido, sino también ser el más listo. Su superioridad sobre el resto fue muy importante, sus errores escasos y su confianza, más que absoluta.