La seguridad en la Fórmula Uno está siempre a la orden del día y ahora más tras el accidente que se produjo entre Esteban Gutiérrez y Fernando Alonso en la cita inaugural del campeonato, en el Gran Premio de Australia. El piloto de Mclaren intentaba adelantar al mexicano en la segunda recta que permite la utilización del DRS y el de Haas perdía potencia en su monoplaza, lo que provocaba una frenada prematura y el consecuente choque con el español. A pesar de dejar el MP4-31 destrozado tras haber dado tres vueltas de campana, el piloto salía ileso.
El accidente provocaba la salida del coche de seguridad y la bandera roja, lo que habría un abanico de posibilidades a la hora de hacer la estrategia para poner los neumáticos correctos y escalar posiciones donde, una vez más, los Mercedes fueron los victoriosos y Ferrari, especialmente Sebastian Vettel, se le escapaba una victoria que tenía al alcance gracias a una magnífica salida.
Max Mosley comenta para algunos medios nacionales que si lo ocurrido hace unos días hubiera sido en épocas anteriores, el ‘14’ no hubiera salido con vida de su monoplaza: "No creo que pudiera haber sobrevivido. No lo sabremos con certeza sin un análisis detallado, pero en general, ese tipo de accidentes causan lesiones graves o la muerte. Todo parece haber salido bien. Todavía hay accidentes extraños, como el de Jules, pero en este tipo de sucesos graves, te esperas ver al piloto en pie. Eso no habría sido el caso hace 20 años. Fue todo gracias a Sid Watkins, a un equipo de personas muy competentes y a los propios equipos".
Ha hecho falta que pasaran 20 años tras el trágico fin de semana en Ímola donde murieron Roland Ratzenberger y Ayrton Senna en la jornada de clasificación y en carrera respectivamente para que la Fórmula Uno moderna viera un piloto falleciera tras un accidente, ese fue el caso de Jules Bianchi bajo la lluvia en el asfalto de Suzuka donde chocó con una grúa que recogía el C33 de Adrián Sutil.
El que fuera presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) finaliza declarando que la muerte del tricampeón brasileño fue un antes y un después en la categoría reina del automovilismo: "Se necesita investigar a nivel científico, ese fue el gran cambio después de la muerte de Ayrton Senna en Imola en 1994. Es muy satisfactorio ver a Alonso en pie. Trabajas duro y es muy agradable cuando se ven los resultados. Fue un grave accidente".
Lo cierto es que la FIA está en proceso de construcción en el apartado de la seguridad, uno de los motivos es la implantación del halo que, en principio, se introducirá a partir de 2017. Este sistema ya lo probó la escudería Ferrari en los test de pretemporada y se pudo ver como reducía la visibilidad. Como alternativa, Red Bull ofrecía otro sistema de protección, que era una especie de parabrisas con protecciones en el cockpit y soportes en la zona de retrovisores. Habrá que ver por cuál se decanta finalmente Jean Todt.