Brad Binder es el dueño de la categoría pequeña. El piloto sudafricano arrancó la temporada fuera de los focos del favoritismo y sin haber ganado ni una sola carrera. Pero a partir de Jerez quedó claro que es el máximo rival a batir durante este curso. Ganó en el trazado andaluz y encadena tres victorias consecutivas, la última en Mugello.

La prueba italiana fue la más apasionante de lo que llevamos de curso. La larguísima recta principal propició que los rebufos cobraran mucha  importancia y nadie pudiera escaparse. Se formó un grupo conformado por más de 20 pilotos, que se pasaron y repasaron en cada metro del trazado transalpino. Lo importante de la carrera era no perder la paciencia con las maniobras, colocarse bien en los últimos giros y pasar al ataque en el momento adecuado.

Y ahí Brad Binder demostró por qué es el líder del campeonato. El pupilo de Aki Ajo no lideró prácticamente durante toda la prueba, pero en el último giro se puso en cabeza y tiró con fuerza hasta ver la bandera a cuadros en primera plaza. "La carrera de hoy ha sido una locura. Ibas primero, luego décimo, octavo… era imposible tener un plan. En la última vuelta estaba un poco lejos del grupo pero al menos he conseguido llegar entre los tres primeros a la primera curva", comentó.

Cuando los rebufos cobran esta importancia, la mecánica de la moto y la labor del resto del equipo tiene un peso extra. Binder lo sabe y por ello quiso agradecer todo el trabajo al equipo oficial de KTM: "Estoy feliz, es bueno conseguir otra victoria, la tercera consecutiva. Ha sido una carrera muy apretada, donde ha habido muchas luchas. No podría haberlo logrado sin mi equipo, la moto estaba en perfectas condiciones". 

La victoria no es el único premio que se llevó de Mugello. Sus dos mayores rivales en el campeonato, Navarro y Fenati, no puntuaron y cosechó un buen botín de puntos para la general. Binder continúa líder con 49 puntos de ventaja sobre el español, su mayor perseguidor después de seis carreras disputadas.