Volvió a ocurrir. El continente de África volvió a ganar un Campeonato del Mundo de MotoGP. Brad Binder lo ha conseguido y ha devuelto a África al Olimpo de MotoGP. Ya habían pasado 36 largos años. El propio Brad ni siquiera había nacido cuando Jon Ekerold coronó al gigante continente en 1980. El sudafricano Brad Binder, campeón destacado del Mundial de Moto3, tenía todas las papeletas para convertirse en el primer campeón del mundo de 2016 y ha sido uno de los más precoces, ya que quedan todavía cuatro carreras, algo que solo han logrado Valentino Rossi, Mick Doohan y él.

Sus números son impresionantes, Brad no ha tenido rival este año. Tan sólo se atrevieron  a molestarle Jorge Navarro y Enea Bastianini, pero no fue suficiente. La lesión del español y la irregularidad del italiano fueron aprovechadas por el pupilo de Red Bull y le sirvió para alzarse con la corona. El primer Mundial ya está resuelto, pero por el bien del espectáculo aún faltan dos.

Navarro ganó en casa

Navarro ganó en casa. Tras cruzar la meta en primera posición, el español alzó el puño y cuando miró a la pantalla hizo una ligera lamentación. Algo normal, puesto que acababa de ver que Binder había acabado segundo. El valenciano el próximo año saltará a Moto2, para muchos una decisión precipitada. Sin embargo, el carrerón que realizó el domingo fue de categoría. Se impuso a  todos sus rivales en la última vuelta y supo tapar los huecos a sus rivales.

Navarro supo aprovechar su oportunidad y triunfar siete grandes premios más tarde de su última victoria, conseguida en Cataluña. Binder dio la cara en todo momento y peleó por la victoria para no dejar pasar ni una sola oportunidad y al final logró la recompensa que se mereció en todo momento, ser campeón del mundo. Por otro lado el belga Livio Loi, que logró en el viernes la tercera posición, fue sancionado con la pérdida de tres puestos ayer por ir más lento de lo que debía en pista, y en los entrenamientos previos a la carrera, la verificación técnica detectó el uso de un cambio de marchas no homologado que supuso la sanción inmediata al piloto, que tuvo que salir desde la última plazade la formación de salida. 

La bandera de Sudáfrica brilló más que nunca en el Gran Premio de Aragón. La diversidad de campeones que exigía Dorna es una realidad. África vuelve a mandar.