Lewis Hamilton llega con la moral subida tras ganar en las dos últimas citas, especialmente en la de México, donde todavía no había logrado hacerlo. El equipo está haciendo todo lo posible para intentar que el inglés remonta, aunque no depende de él llevarse la corona por cuarta vez. Su compañero de equipo debe cometer un error en estas dos carreras que quedan, pues de terminar segundo en una y tercero en otra, le haría campeón sin importar el resultado que obtuviera el inglés.
Se avecina un fin de semana complicado, que ya suele serlo todos los años, un circuito en el que los tres últimos mundiales que se decidieron, fueron carreras locas. En 2012, con la remontada de Vettel tras el toque inicial, en 2009, Jenson Button tras la intensa lucha con Rubens Barrichelo y en 2008, la celebración en el box de Ferrari llegó antes de tiempo, Lewis Hamilton adelantaba a Glock en la última curva y se proclamaba como el campeón de F1 más joven de la historia.
"Todo el mundo ha trabajado duro y el coche no ha tenido errores"
Lewis, el ganador de las anteriores dos carreras, dijo que "es un sentimiento genial" cuando se puede demostrar "el ritmo que tienes". Eso le llevó hasta la victoria, sin muchas complicaciones, en Estados Unidos, un circuito que se adapta perfectamente a sus características, y en México, donde el año pasado no consiguió vencer por la falta de ritmo.
Refiriéndose al Campeonato, difícil lo tiene si quiere proclamarse campeón por cuarta vez e igualar a Sebastian Vettel, dijo que "es una situación rara en la que estar", ya que luchar por algo sabiendo seguro que lo que va a hacer le "va a garantizar hacerlo". Pero el inglés no va a tirar la toalla, pues ha visto que "todo puede cambiar incluso en el último momento", como le pasó en 2007 perdiendo el título en favor del finlandés de Ferrari.
Tienes que luchar hasta el final
Para finalizar, ha querido retarse a si mismo para este fin de semana, en un circuito en el que "nunca ha ganado", así que dijo que "afronta este fin de semana centrado en cambiar eso". Así pues, de conseguir vencer, reduciría la ventaja hasta los doce puntos, como mínimo.
Últimos dos grandes premios del año, el inglés tiene que ganar en ambos sí o sí, y esperar lo que haga su compañero de equipo. No es imposible que se lleve el título, pero no puede fallar ni él ni el coche. Dos podios de Rosberg bastarían siempre que uno de los dos fuera en segunda posición. Brasil puede dictar sentencia y hacer campeón al alemán, pero pueden salir las nubes y que se oscurezca el cielo en contra del líder, para que el favorito bajo los focos de Abu Dhabi sea el inglés.