Una pole. Es todo lo que Aleix Espargaró ha conseguido en su etapa con Suzuki. Y además, se la apuntó en 2015, el año del retorno de la marca de Hamamatsu al mundial de MotoGP tras varias temporadas lejos de los circuitos. El Circuit de Catalunya fue la cumbre del trabajo que el mayor de los Espargaró ha realizado sobre la moto nipona, desarrollando un prototipo que ya llegaba con las ideas claras: en Japón soñaban con llegar a lo más alto, con volver a las épocas doradas de Hopkins, Vermeulen y Capirossi.

Sin embargo, el encargado de hacer realidad los sueños de Davide Brivio no fue Aleix, sino Maverick Viñales. Tras un 2015 muy igualado, en el que Espargaró superó a Viñales en la general, sumando ocho puntos más – 105 para el primero por 97 del segundo-, en 2016 la progresión del de Rosas dejó a su compañero muy atrás.

En picado desde Montmeló

Sumó más puntos en las primeras seis carreras que en las 12 posteriores

Curiosamente, el mismo punto álgido de la temporada anterior ha sido el que ha marcado la caída en picado de la temporada 2016 para Aleix Espargaró. A pesar de que en 2015 no pudo terminar la carrera tras haber arrancado desde la pole, el nivel de sus resultados se mantuvo durante las siguientes carreras. En cambio, en 2016 Montmeló marcó un antes y un después: salía 13º, su segunda peor clasificación en el circuito catalán a lomos de una MotoGP, y a siete vueltas del final se fue al suelo. Esto sucedía al mismo tiempo que Viñales acababa 4º, completando el sexto 'top ten' de las siete carreras disputadas hasta el momento, y se apuntaba la vuelta rápida del circuito.

Foto: ECSTAR Suzuki MotoGP
Foto: ECSTAR Suzuki MotoGP

Tras el de su circuito de casa, llegaron cinco ceros más: Holanda, Austria, República Checa, San Marino y Australia. Es decir, en las primeras seis carreras sumó más puntos (49) que en las 12 últimas (44).

Sin disfrutar resulta imposible ir rápido

Los Michelin han sido el gran problema de Espargaró

El mayor cambio de 2015 a 2016 está claro: la llegada de los Michelin. Unos neumáticos que han estado tanto tiempo en pista como en boca de los que trabajan en el paddock. Tras ocho años fuera de los circuitos, la marca francesa volvía a protagonizar el mundial de MotoGP. La evolución de las gomas ha corrido a cargo de los pilotos: los técnicos de Michelin esperaban a que surgieran problemas para corregirlos, provocando la desconfianza de muchos pilotos.

Foto: ECSTAR Suzuki MotoGP

Este ha sido el caso del mayor de los Espargaró. En numerosas ocasiones, el '41' ha reconocido no sentirse cómodo, llegando incluso a modificar su estilo de conducción para adaptarse a los neumáticos. Pero ni si quiera por ese camino encontró la solución, algo que ha acabado convirtiendo a los Michelin en su principal preocupación. Sin agarre delantero y viéndose obligado a centrar su conducción en la rueda trasera, las caídas no tardaron en llegar: con una moto que no es excesivamente rápida y pocas opciones de frenar tarde, Aleix no ha sido capaz de adaptarse a la combinación Suzuki-Michelin, por lo que no ha conseguido los resultados que esperaba.

A la sombra de Viñales

A la falta de adaptación se une la presión añadida de ser el primer testigo de los éxitos de su compañero de box. A pesar de que la lógica marcaba todo lo contrario, ya que la progresión de Aleix en 2015 hacía pensar que seguiría mejorando hasta llegar al podio, fue Maverick Viñales el que le dio a la marca japonesa el primer cajón de su “nueva era”. El tercer puesto que el 25 se apuntó en Le Mans era solo el primero de los tres que ha conseguido en 2016, además de su primera victoria en MotoGP, conseguida en el Gran Premio de Reino Unido. Estos números le han alzado a la cuarta posición de la clasificación general, con 202 puntos. Un resultado que contrasta con la posición final de Aleix: 11º con 93 puntos.

Tú a Yamaha y yo a Aprilia

Las comparaciones son odiosas. Y más cuando la diferencia resulta escandalosa. Es lo que le ha sucedido a Aleix Espargaró con Maverick Viñales: nadie recuerda que en el primer año con Suzuki, el '41' lo hizo mejor que el de Rosas, porque la diferencia fue muy pequeña. Sin embargo, la diferencia a favor del '25' ha sido tan abismal en 2016, que ha llamado la atención de todo el paddock. Inlcuso de Yamaha.

¿Y qué pasa con Aleix? En Suzuki dejaron claro que no contaban con él. Sus resultados también habían llamado la atención, pero de manera negativa. El de Granollers llegó incluso a pensar en Superbikes, al ver que los equipos de MotoGP se iban definiendo y él se quedaba sin moto. Sin embargo, llegó Aprilia, una marca que tiene la intención de repetir la hazaña de Suzuki: desarrollar su máquina hasta luchar por ganar. Por el momento, Aleix ya ha logrado rodar más rápido que Álvaro Bautista. Habrá que esperar para ver si esta vez consigue mantener el nivel.