El número 1 volvió a serlo cuatro meses después de convertirse en bicampeón del mundo de SBK. Jonathan Rea se marcha de la primera ronda del año con 50 puntos, el liderato en la clasificación general, y 40 victorias en su carrera deportiva.
En la primera manga, Rea hizo valer su arranque desde la pole, mientras que en la segunda se sobrepuso a la nueva normativa, ganando desde la novena posición de la parrilla. Esa segunda victoria le metía en el selecto club de los pocos pilotos que han alcanzado las 40 victorias en SBK: Carl Fogarty, Troy Bayliss, Noriyuki Haga… y ahora, Jonathan Rea. “Phillip Island ha sido muy gratificante”, aseguraba el de Kawasaki, explicando que “ganar la batalla en la última vuelta de las dos carreras significa mucho, porque es un trazado en el que es difícil liderar”.
El actual campeón ha comentado que “cuando se ha colocado en cabeza a falta de dos o tres vueltas”, tenía una preocupación en la cabeza, y es que pensaba que estaba dejando que los de detrás “le estudiaran demasiado”. Para evitar eso, en la última vuelta ha utilizado la estrategia de “cambiar su línea de conducción”, de manera que pudiera tapar huecos y completar un buen final en las dos mangas.
"Es importante sumar puntos"
Sin embargo, Rea quitaba importancia a las 40 victorias: “Aunque mi victoria número 40 significa mucho, es más importante sumar puntos desde la primera ronda”, aseguraba, pensando ya en el campeonato.
Respecto al avance de la moto, Rea asegura que “no han mejorado ningún aspecto en particular”, sino que han intentado “pulir la moto”. “No ha sido magia, pero me siento bien con la moto”, ha asegurado, añadiendo que “los pequeños cambios se han adaptado muy bien a él”, permitiéndole “conducir menos al límite”. Esa mejora ha sido la clave para llegar al final de carrera con los neumáticos en mejor estado, de manera que ha podido “apretar más en comparación con el año pasado”. El ‘1’ ha empezado 2017 de la mejor manera posible, y con un objetivo claro: conseguir su tercer mundial.