Las negociaciones entre el grupo PSA y General Motors por Opel han concluido finalmente con la adquisición de la marca alemana por la multinacional francesa, tal y como se venía rumoreando desde mediados del mes pasado.

Opel se suma de esta manera a Peugeot, Citroën y DS tras un acuerdo cerrado en 1.300 millones de euros, en el que también se incluye la marca Vauxhall bajo la que se comercializan los Opel en Reino Unido, el centro de ingeniería de Rüsselsheim, la licencia de todos sus productos, seis fábricas de automóviles, cinco fábricas de componentes, y sus 40.000 empleados. Adicionalmente, por otros 900 millones de euros, PSA se hace con la división financiera de General Motors en Europa.

Con el permiso del gigante americano, todos los modelos actuales de Opel, incluyendo los nuevos Insignia y Crossland X, seguirán funcionando con las mecánicas desarrolladas por General Motors hasta que PSA decida darles relevo para incorporar las suyas propias; y por otro lado PSA no impedirá que los modelos de Buick y Holden “gemelos” de Opel continúen comercializándose en Estados Unidos y Australia respectivamente. Se deja además una puerta abierta a futuros acuerdos para compartir tecnología entre las dos empresas.

Opel Insignia Grand Sport y Opel Insignia Sport Tourer (Imagen: Opel)

Con esta compra, PSA se convierte en el segundo fabricante europeo de automóviles por detrás del grupo VAG, teniendo en cuenta los 4,3 millones de unidades vendidas en todo el mundo conjuntamente el pasado año, y aumenta su cuota de mercado en Europa hasta el 17%. En España los franceses pasan a ser además el primer fabricante, sumando la producción de la factoría de Figueruelas a las de Vigo y Villaverde.

Por su parte, General Motors se desvincula casi por completo de Europa desprendiéndose de una marca que ha generado pérdidas de más de 20.000 millones de dólares desde 1999 hasta hoy. Se mantendrá de manera muy testimonial en el viejo continente con Cadillac y los Chevrolet Camaro y Corvette.

Queda ahora por ver de qué manera enfocará PSA sus productos, con una gama de Opel que aparentemente se solaparía con la de Peugeot en un segmento generalista aspiracional. Se habla incluso de que la marca alemana podría ser la dedicada a los coches propulsados eléctricamente dentro del grupo, aunque lo que sí ha asegurado Carlos Tavares, CEO de PSA, es que quieren conservar su propia identidad.