El año pasado debutó en el Mundial disputando todas las carreras desde Austria (nueve en total) sustituyendo a Danny Webb en su actual equipo, el Platinum Bay Real Estate. Mientras corría en el mundial, lo compaginaba con el FIM CEV Repsol, en el que tenía opciones al título.

En octubre de 2016 se hizo oficial su fichaje para correr en el mundial de Moto3 este año con el mismo equipo que había debutado, y a pesar de ser rookie -aunque ya no puede optar al premio del ‘rookie del año’ por la nueva normativa- no lo está haciendo nada mal. Ya demostró la calidad que tiene el año pasado con sus luchas con Lorenzo Dalla Porta, el que era su rival principal.

Al subir, cambió de una Mahindra que pilotaba en el mundial junior a una KTM, moto que ya conocía por haber corrido tres temporadas seguidas con ella y, aunque no es lo mismo que una moto mundialista, tal y como se ve no le ha costado nada hacerse a ella. Ha luchado varias veces en el grupo de cabeza y además ha hecho remontadas de ver y no creer.

Marcos es actualmente el primer piloto KTM en la categoría pequeña, colocado en la séptima posición con 105 puntos, gracias a los buenos resultados que ha ido obteniendo a lo largo de la temporada desde su carrera de casa en Jerez. En ella, luchó por la victoria e incluso lideró algunas vueltas, pero se le escapó el podio por milésimas, detrás de Aron Canet, Romano Fenati y Joan Mir. No obstante, dijo que correr de esta forma en casa delante de su afición le supo a victoria.

Y por fin le llegó el ansiado podio en la carrera del Gran Premio de Alemania, partiendo en parrilla en cuarta posición. Fue una carrera apasionante en la que rápidamente se produjo un corte y el grupo de cabeza se redujo a cinco pilotos, entre ellos Ramírez, que supo gestionar inteligentemente la carrera y lograr su máximo objetivo.

Está claro que Marcos Ramírez está sorprendiendo a todo el mundo este primer año mundialista para él y se espera que le siga yendo tan bien como durante toda esta temporada.