Ya que no puede entrenar todavía con la Moto GP (la normativa solo admite 5 veces por semana), Valentino fue a su rancho situado en su pueblo natal de cara a la preparación de la gira asiática montando en motos de distintas disciplinas. Lo hizo en dirt track junto al piloto líder de Moto2 y alumno y amigo suyo, Franco Morbidelli.

Sintiendo todavía molestias -cosa que es normal- pero con las mismas ganas de siempre, Rossi ha admitido que “la pierna aún le duele un poco, pero se ha divertido mucho pilotando de nuevo”. Para tener una lesión tan grave, la verdad es que el italiano sorprendió a todo el mundo, tifosi o no, de lo poco que se quejó durante el fin de semana de Aragón ya que habían pasado apenas 20 días del accidente y en el que por si pasaba algo o no aguantaba el dolor, le hacía sombra el que iba a ser su sustituto Michael Van Der Mark.

“Estoy muy contento de volver al rancho, lo echaba en falta un montón”, decía el de Tavullia. Y es que, para ir tan rápido en una Moto GP, no hay otra forma de entrenar que no sea montando en moto y practicando sobre dos ruedas. Todavía no estará al 100% en la gira asiática, pero sí estará mejor que en Aragón. Sabiendo que sus opciones al título son muy reducidas, no quiere parar de pelear por lo imposible. Está convencido de que en 2018 esto le servirá como preparación.

Hay gente que a lo de Aragón lo llaman milagro, ya que acabó quinto en carrera e incluso rodó en posiciones de podio teniendo la fractura reciente y sujetada por tornillos que le pusieron en la operación. Y es que, Valentino Rossi como el resto de pilotos, está hecho de otra pasta.