A causa de lo ocurrido el pasado año en la curva 12 donde perdimos al gran Luis Salom, durante toda la temporada 2017 se ha estado hablando sobre la permanencia del Circuito de Montmeló en el calendario mundialista de MotoGP, algo que se ponía en duda hasta el accidente del mallorquín. Este debate ha tenido muchos puntos que tratar como cuando los pilotos empezaron a correr por la chicane de la F1, o el de la famosa chicane que se hizo posteriormente, unos metros antes que la de F1, y además que las modificaciones que se tendrían que hacer no podrían ser cubiertas por el presupuesto del circuito.

Finalmente se decidió de retomar la fatídica curva 12 poniendo grava en la escapatoria, pero lo más importante es la amplitud de ésta, moviendo a su vez la grada H 26 metros más atrás y llevándola también un poco más hacia la última curva para entrar a la recta de meta. También se tendrá en cuenta la curva 10, que asimismo se trazó de forma distinta este año -y fue motivo de quejas en algunos pilotos- y aún no se sabe qué pasará en 2018, si se correrá por la parte exterior o interior.

Por estos cambios y el reasfaltado de la pista -algo que los pilotos demandaban- que se llevarán a cabo durante diciembre y el primer mes de 2018 antes de que la F1 realice test oficiales en febrero, el Circuito ha organizado unos test voluntarios para los pilotos que deseen probar el asfalto nuevo y el retorno a trazar la curva 12.

Estos test serán durante los días 22 y 23 de mayo, entre el Gran Premio de Francia y el de Italia y además de dejar totalmente disponible el circuito a todos los equipos, no restarán días oficiales de test a las marcas que no disponen de concesiones.