Las reuniones entre directores de circuitos y los máximos representantes de la Fórmula 1 siguen. Las negociaciones para que se celebre un Gran Premio en la capital de Dinamarca, Copenhague, son las que más ruido mediático han causado. Pero no son las únicas. Circuitos históricos, como el de Hockenheim o el de Paul Ricard, formando parte de los Grandes Premios de Alemania y Francia, han regresado para el calendario de la próxima temporada, que arranca el próximo mes de marzo, en Australia, en el circuito de Albert Park. Otro trazado alemán, y otro de los históricos del país germano, tiene la intención de regresar al Gran Circo, en plena expansión por el Viejo Continente de la Fórmula 1, impulsada por Liberty Media, liderada por el norteamericano Chase Carey y Ross Brawn.

Nürburgring, templo de la velocidad

Ya fuera en su versión larga, en el que sin duda era el circuito más largo de un calendario de Fórmula 1 en los años 70 y 80, como con su versión reducida, más adaptada a las necesidades de los actuales monoplazas, el circuito de Nürburgring es uno de los trazados considerados como 'templos' de la máxima categoría del automovilismo, que es uno de los más importantes del mundo. Los más grandes, como Alonso o Schumacher, han ganado allí como cemento para llevarse sus respectivos títulos mundiales, cimentando a la postre su legado, dos de los más grandes de la historia, no solo de la Fórmula 1, sino de todo el mundo del deporte.

A pesar de todo ello, el circuito alemán tiene una fecha marcada en fuego, color Ferrari: 1976. En la edición de esa temporada, en el conocido como el 'infierno verde', Niki Lauda sufrió uno de los accidentes más espeluznantes de la historia. El corredor austríaco se quedó más de un minuto atrapado en los amasijos y el fuego que desprendía el incendio que había en su Ferrari, estuvo cerca de la muerte, y tuvieron que realizarle un trasplante de piel, entre otras operaciones desde aquel fatídico Gran Premio de Alemania, uno de los más tristes de todos los tiempos debido a aquel accidente.

Veto ocho años y crisis posterior

Desde aquel accidente, la Fórmula 1 decidió abandonar durante un tiempo el conocido como Nordschleife. No fue hasta ocho temporadas después, en 1984, cuando el Gran Circo tomó la decisión de regresar allí para celebrar el Gran Premio de Alemania. Eso sí, cuando los monoplazas, mucho más evolucionados en todos los aspectos, se encontraron un trazado mucho más técnico, y sobre todo, con un elevado número medidas de seguridad, a la par que la Fórmula 1 de aquellos tiempos, ya que el accidente de Lauda hizo que la seguridad entrase de forma definitiva.

Ese diseño se mantuvo hasta el año 2002, cuando entró la llamada Mercedes Arena. Además, la Chicane Castrol fue eliminada, y el primer sector del circuito fue convertido en uno más técnico, realizado por el que es, sin duda, el arquitecto de la Fórmula 1 moderna, Hermann Tilke. En 2015 no se tenía el dinero suficiente para celebrar el Gran Premio y se buscaron a otros circuitos para albergarlo, pero no se llegó a tiempo, y, por lo tanto, en 2015 y 2017 no ha habido carreras en Alemania.