En su año debut en la categoría reina, Álex Rins no ha podido demostrar todo lo que vale. La temporada se presentó mucho más dura y complicada de lo que se planteaba, estando marcada por varias lesiones a lo largo de los meses. La primera llegó en los test de pretemporada en Valencia, el segundo día que se subía a su nueva Suzuki, yéndose al suelo en una de las curvas más rápidas del circuito.

La recuperación fue positiva y rápida, llegando sin ningún problema al primer gran premio del año en Qatar donde consiguió la novena posición en carrera. Pero la mala suerte no abandonó al piloto. En Austin llegaron las peores noticias: Rins sufrió una lesión en la muñeca que le mantendría fuera de los circuitos durante las siguientes cinco citas del mundial, volviendo a subirse a su moto en Sachsenring durante el Gran Premio de Alemania.

Pero a todo esto se sumó la errónea elección de Suzuki con su motor para el 2018, sin tener la posibilidad de demostrar todo el potencial que habían sacado un año antes con Maverick Viñales. No fue hasta final de temporada cuando pudimos ver a ambos pilotos ser competitivos. En Valencia, Álex Rins rozó el podio con su cuarta posición para acabar la competición, puesto que devolvió a la fábrica de Hammamatsu las condiciones que le permitirán desarrollar el motor a lo largo del año y su libertad en los test.

Rins en el Gran Premio de Valencia / Foto: Lucas ADSC
Rins en el Gran Premio de Valencia / Foto: Lucas ADSC

“La temporada empezó muy mal con una lesión el segundo día que me subí a la Suzuki, lo que me impidió empezar el año en las mejores condiciones”, explicaba Rins. “Luego me lesioné antes de Argentina y en Austin me rompí la muñeca, lo que me dejó fuera un par de meses. Afortunadamente pude terminar la temporada en buena forma cerca del podio”.

Lejos de recordar este 2017, Álex Rins ha hecho ya borrón y cuenta nueva con el objetivo de seguir mejorando sus sensaciones con la MotoGP, ser regular y competitivo, luchando en cada carrera por las mejores posiciones. “A pesar de tener momentos muy delicados, difíciles de digerir, en un año he aprendido muchas cosas. En 2018 espero ser capaz de devolver toda la confianza y esfuerzos que Suzuki ha depositado en mí para poder luchar por posiciones de podio en cada carrera”.

“En general ha sido una experiencia fantástica. Llegar a MotoGP es el sueño de cualquier piloto y uno mío pequeño también. Conseguirlo de la mano de una fábrica como Suzuki, donde han corrido leyendas como Sheene, Schwantz o Kenny Roberts Jr. ha sido un placer y estoy muy orgulloso”, concluía Rins.