El circuito de Montjuic se ha conservado a lo largo de la historia dentro del corazón de todos los aficionados al motor, siendo considerado un lugar de leyenda, un trazado urbano con grandes exigencias y con tramos de lo más opuesto. Aprovechando las calles y avenidas del Parque de Montjuic, en la Ciudad Condal, el circuito presentaba unos virajes y una forma muy pintoresca, fruto de la naturalidad del trazado. 

Barcelona acogió desde 1950 a 1976 el Gran Premio de España de Motociclismo. Siguiendo con las dos ruedas, acogió también las 24 horas de Montjuic o el Campeonato Mundial de Motociclismo de Resistencia, sin olvidarnos de las varias ediciones de Formula 1, alternando su celebración con el circuito madrileño del Jarama, siendo la última en 1975.

Sus características

Montjuic, ideado por los miembros de la peña automovilística Rhin, se caracterizaba por ser un trazado urbano con grandes desniveles y curvas cerradas. Con dos tramos bien diferenciados, uno rápido y uno lento, el circuito se mantenía como el mejor y el más exigente de los trazados urbanos jamás vistos. Se trataba de una sucesión de curvas a lo largo de sus 3.79km, comenzando por un lento y técnico descenso por la curva "Miramar", reduciendo a primera desde los 200 km/h a los que llegaban aproximadamente, pasando por ella a unos 60 km/h. Curva que definía el estilo del buen pilotaje, todo un desafío para el piloto.

Pasando por el museo Etnográfico, la curva "la Paella", "la Font del Gat" y el Museo Arqueológico, se legaba a Guardia Urbana, lugar donde daba comienzo el tramo rápido con un recta conocida por "Rius i Taulet", descendiendo por el "Poble Espanyol" hasta llegar de nuevo a la famosa recta del estadio, donde superaban los 280 km/h. Esta zona de alta velocidad definía el ritmo de los pilotos para marcar el mejor tiempo posible.

Las tragedias, motivo de su cierre

El trazado de Montjuic ha gozado desde su inicio de un gran ambiente en cada una de las pruebas que se han celebrado. Suponía un evento de especial calibre para la ciudad que lo albergaba, el espectáculo estaba más que asegurado en el trazado barcelonés. Pero el avance de los vehículos, tanto motos como automóviles, contrastó con la poca seguridad del circuito, dando lugar a vivir dos momentos claves para llevar a su cierre en 1986.

El primero de ellos se vivió el 27 de abril de 1975. Durante una de las citas de Fórmula 1, en la vuelta 26, Rolf Stommelen perdió el alerón trasero de su monoplaza a su paso por la recta del estadio olímpico, matando así a cinco de los espectadores que se encontraban allí. La carrera se detuvo, proclamando campeón a Jochen Mass, quien lideraba en ese momento. Desde aquel trágico suceso, las pruebas automovilísticas cesaron en Montjuic.​

FOTO: Montesita - Wikimedia
FOTO: Montesita - Wikimedia

Años más tarde, en 1986, durante las 24 horas de Montjuic, la prueba tuvo que ser detenida debido a otro fatal accidente. En este caso Domingo Parés, piloto local, falleció en el trazado tras chocar con su compañero Tony Boronat, en la misma recta del estadio. La colisión se produjo cuando Parés pasaba por la curva larga de izquierdas, justo antes de entrar a la recta donde perdería la vida. Boronat se encontraba cerca de sobrepasarle por el exterior, momento en el que la moto de Domingo Parés derrapó con la rueda trasera, llevándose a su compañero.

Tras Montjuic, un nuevo destino

Con el cierre del circuito urbano por motivo de la falta de seguridad para público y pilotos, el ayuntamiento de Barcelona señaló el antiguo trazado en 2004, conservándose prácticamente idéntico al original, tan sólo con alguna leve modificación en la zona de la recta del estadio, convirtiéndola en una curva más leve. Actualmente, cualquier aficionado de las dos o cuatro ruedas puede seguir circulando por el mismo trazado en el que, hace algo más de 40 años, muchos pilotos tuvieron la oportunidad de hacerlo.

Las desgracias que sacudieron a la Ciudad Condal dieron paso a crear nuevas iniciativas sin tener que prescindir de los espectáculos de velocidad que tanta expectación atraían. Es así que años después se inauguraría, en 1991, el Circuit de Catalunya, en Montmeló, sede del Mundial de Motociclismo y Fórmula 1, dotado de una mayor seguridad para todos los participantes y aficionados.