Una temporada. Tres podios. Cuando en 2016 el paddock conoció la noticia de que Jorge Lorenzo dejaría el box azul de Yamaha para pasara al rojo de Ducati no creímos que los logros podrían ser únicamente estos. Lo cierto es que en su primera temporada en la marca italiana resultó ser más complicada de lo esperado, de hecho, su adaptación sigue sin ser completa al inicio de su segundo año con la Desmosedici. Al español le está costando volver a demostrar la velocidad que le caracteriza, esta vez encima de una moto mucho más agresiva.

Hace un año, Lorenzo dejó claro que la Ducati no tenía nada que ver con la moto con lo que estaba acostumbrado a competir. Afirmó que le costaba mucho adaptarse a ella, reconociendo que era una moto muy compleja y difícil de pilotar, sobre todo a la hora de girar. Pese a esto, el equipo tenía esperanzas en verle llegar a lo más alto en poco tiempo. Su adaptación parecía ser cosa de dos días, sobre todo para un campeón del mundo como él, con garra y fuerza. 

La sombra de Dovizioso

Jerez pudo parecer el fin de los días de prueba. Sacó toda su artillería para colarse en el podio con los dos pilotos del Repsol Honda Team, quienes le superaron en el trazado andaluz. Ducati asistió contento a lo que podría llegar a ser el despegue del español en su nueva etapa, pero todo se empezó a cruzar en las siguientes carreras. En Assen no entró en los puntos y en Misano se fue al suelo tras un error de concentración. Jorge Lorenzo seguía sin estallar en la marca de Borgo Panigale, situándose en la sombra de su compañero de equipo, Andrea Dovizioso, quien sí daba triunfos al equipo.

El Gran Premio de Aragón fue la segunda oportunidad para  despegar. Lo cierto es que hizo una buena salida frente a la de Dovizioso, que se desinfló en un circuito en el que no se acaba de encontrar, pero el español volvió a quedar por detrás de las Honda oficiales, claras dominadoras del fin de semana. Otro tercer puesto que sabe a poco. El triplete asiático trajo consigo algún altibajo. Japón y su sexta plaza no fueron da gran relevancia, ese domingo las miradas estuvieron puestas en la lucha por el título con una última vuelta de infarto entre Márquez y Dovizioso. En Australia un caída en los entrenamientos se saldó con un esguince en su tobillo izquierdo, perdiendo fuerza para una carrera de alto riesgo. Fuera de los puntos y camino a Malasia.

Lorenzo durante el Gran Premio de Valencia / Foto: Lucas ADSC
Lorenzo durante el Gran Premio de Valencia / Foto: Lucas ADSC - VAVEL

Sepang cambió la cara del español. Lorenzo se encontraba fuerte ese fin de semana, de hecho dominó gran parte de la carrera hasta que un susto hizo que su compañero de equipo le pasara en la recta. También fue el día en el que nacería el famoso "mapping 8" que le dejaría en segunda posición a pesar de sus posibilidades de ganar. Dovizioso quería llegar vivo a Valencia y esa era su única baza. Una segunda posición no estaba mal para acabar la temporada porque en el circuito Ricardo Tormo darían un vuelco. Ducati perdió ese título que esperaban desde hacía diez años. Jorge luchó por llevar a su compañero a las primeras posiciones con su buen ritmo, hasta que ambos acabaron en la grava.

El año acabó como uno de los peores para Jorge Lorenzo desde que está en MotoGP. Séptima ha sido la posición en la que el mallorquín ha terminado la temporada pasada. Una temporada en la que todos esperaban más de él, pudiendo llevar a Ducati al puesto que llevaban años esperando. Querían luchar por el triunfo y así lo hicieron, pero de la mano de otro piloto con el que no contaban. Andrea Dovizioso dio un golpe sobre la mesa y se reveló como el piloto competitivo que ha sido siempre. Luchó hasta la última prueba y se ha ganado el reconocimiento del todo el paddock. Su figura está más presente que nunca en el campeonato y Jorge parece haberse quedado en la sombra.

¿Llegará el triunfo?

Hace apenas una semana el Mundial de MotoGP volvió a hacer rugir los motores y apagar el primer semáforo de la temporada. Pero antes de Qatar, Jorge Lorenzo se había preparado de la mejor manera para afrontar su temporada decisiva en Ducati. El español entrenó como nunca en invierno para conseguir, de una vez por todas, su completa adaptación a la Desmosedici. Se iba a imponer para dominar a la bestia. La pretemporada dio pie a ello, o al menos algunas de las varias jornadas de test de los últimos meses donde pudimos ver un buen ritmo por parte del mallorquín. En Sepang marcó el mejor tiempo de los entrenamientos, en Valencia el sexto pero en Buriram y Qatar el tiempo a una vuelta no fuere el mejor (décimo sexto y décimo respectivamente).

Lorenzo durante la rueda de prensa en Montmeló / Foto: Marc González - VAVEL
Lorenzo durante la rueda de prensa en Montmeló / Foto: Marc González - VAVEL

La primera prueba el año en el circuito de Losail fue clave para ver el camino que seguirá Jorge Lorenzo esta temporada. Tras las renovaciones de Marc Márquez, Maverick Viñales y Valentino Rossi son muchos los que apuran y presionan sobre el contrato del español de cara a las próximas temporadas, sobre todo después de las palabras de Danilo Petrucci. El italiano del Pramac dejará su plaza para que un nuevo rookie, Francesco "Pecco" Bagnaia, la ocupe y su objetivo es poder llegar al equipo oficial.

Por el momento Petrucci coge la cabeza de carrera. El pasado domingo acabó muy cerca del podio, en quinta posición y pisándole los talones a Crutchlow. De no ser por la gestión de los neumáticos, el italiano podría haber luchado con los pilotos delanteros por una de las plazas con trofeo. Mientras, Jorge Lorenzo se fue al suelo o, más bien, se tiró de su moto al quedarse sin frenos, con miedo a chocar contra el muro. Los problemas técnicos volvieron a encontrarse en su camino y no le dejan avanzar en su etapa con Ducati. El español siente cada vez más la presión sobre sus hombros.

El mismo camino que Valentino Rossi

No son pocos los que ya están comparando la situación de Lorenzo con la que vivió hace unos años Valentino Rossi en su intento por colarse en la lista tan elitista de campeones con dos marcas diferentes. Puede que el mallorquín vaya por la misma línea. Puede que quisiera conseguir aquello que el italiano no pudo. Demostrar su talento. Pero está siendo muy complicado. Las diferencias entre la Yamaha y la Ducati son abismales y Lorenzo lo está sufriendo.

Lorenzo en el Circuito Ricardo Tormo de Valencia / Foto: Lucas ADSC
Lorenzo en el Circuito Ricardo Tormo de Valencia / Foto: Lucas ADSC

En sus dos años en Ducati, Valentino Rossi, nunca llegó a conseguir una victoria para la marca de Borgo Panigale. De hecho, sólo pudo conseguir un podio, una tercera posición, en Le Mans durante una carrera sobre mojado en el año 2011. Los logros del español ya están por encima del italiano, pero su ambición es mucho mayor y no se da por satisfecho. Él quiere ganar y poder ser competitivo carrera tras carrera y sabe que en algún momento tendrá la oportunidad de demostrarlo.

La presión está presente, al igual que en los años de Rossi en la marca italiana. Hasta Jorge Lorenzo dice estar cada vez más "obsesionado" con la llegada de su primera victoria vestido de rojo. Una victoria que esperaba hace un año y que parece que tardará en llegar aún. El ritmo es bueno en ciertos circuitos, pero sufre en muchos otros, en los que hay que mejorar.