Las próximas citas del calendario, en Italia y Gran Bretaña, serán la prueba de un nuevo sistema de frenado que será introducido en Superbikes. Este nuevo sistema será de refrigeración, con el principal objetivo de reducir el sobrecalentamiento de los discos delanteros en las fuerte frenadas.

Imola y Donington serán la prueba definitiva

En la próxima cita del campeonato, en Imola, los equipos y pilotos podrán usar este nuevo sistema que se acaba de aprobar. Estos conductos quieren garantizar que los sistemas de freno se mantengan a una temperatura estable en todo momento, asegurando un rendimiento óptimo durante todo el fin de semana. Además de evitar posibles problemas de frenos, manteniendo a los pilotos seguros. 

Foto: WorldSBK.com

Imola es uno de los circuitos con las frenadas más fuertes de la temporada. Con rápidas curvas y largas rectas, también tiene frenadas fortísimas en forma de chicane que llevan a los frenos al límite, bajando de grandes velocidades a mínimas. Este nuevo sistema podrá enfriar los discos en la propia frenada, para evitar riesgos, viniendo de una temperatura baja por el viento durante las rectas y que no se sobrecaliente durante la frenada por la fuerte fricción. Este sistema solo se implanta en las ruedas delanteras, ya que son los discos delanteros los que más se exigen en las frenadas, dejando a los traseros son esta refrigeración por su poco uso y subida de temperatura. 

Donington Park será la prueba definitiva de este nuevo sistema. El circuito británico no es tan exigente en cuanto a frenadas como Imola, pero la aprobación de los pilotos supondría su total implantación en las motos de serie.

Después del fin de semana en Gran Bretaña, se revisará la efectividad del mecanismo, además de las opiniones de los pilotos y equipos, y se tomará una decisión sobre si aprobar su uso para eventos futuros.