Jorge Lorenzo iniciaba el cuarto Gran Premio de 2018 con algo de positividad ya que Jerez es un circuito que le gusta y el año pasado consiguió allí su primer podio con Ducati, pero hasta ahora las cosas no iban tan bien como exactamente hace 365 días. Actualmente vigésimo en el campeonato con tan solo 6 puntos, el de Palma de Mallorca quería por fin alcanzar el grupo de cabeza y lograr el podio delante de la afición española.

El primer objetivo del fin de semana es lograr buenos tiempos en los entrenamientos para poder pasar directamente a la Q2, y así lo hizo Jorge con un 1'38.185 que le ayudaron a ser cuarto en la parrilla de salida del trazado cuya curva número 13 lleva su nombre. Por eso el de Ducati dijo que demostró "que puede ir fuerte pero no de marcar la diferencia", cosa que justificó con que habría podido "terminar a 4 segundos del ganador cuando el año pasado fue a 14".

Aun así, en la carrera todo no iba a ser tan fácil. Lorenzo salía desde la segunda fila como un cohete para coger la cabeza de carrera, con las ruedas de Márquez y Pedrosa intentando cazarle, hasta que el de Cervera lo hizo en el octavo giro hasta cruzar la línea de meta.

Foto: Lucas ADSC - VAVEL
Foto: Lucas ADSC - VAVEL

A partir de que Jorge estuviera detrás de Marc, llegó el momento más crítico de la carrera, un incidente en el que también estuvieron envueltos Pedrosa y Dovizioso: "Andrea se fue largo, yo lo pasé por el interior, y en milésimas noté el contacto con Dani. Fue como una caída de piezas de dominó. Me sabe mal por Dovizioso, que es quien se está  jugando el título y que, sin esa caída, seguramente seguiría en cabeza del Mundial", dictó el #99.

Después de toda la locura de Jerez, Lorenzo se centra en los próximos circuitos europeos, donde "Ducati trae algunas novedades y pueden dar un paso adelante como han hecho allí", además admite "disfrutar mucho con su moto de nuevo".