El último Gran Premio de la temporada de Fórmula  dejó a muchos con un sabor de boca un tanto agridulce, como  en los últimos años. El trazado marcado en el calendario por muchos fanáticos de este deporte volvió a "decepcionar" en cuanto a emoción se refiere, es cierto. De hecho, los seis primeros llegaron a meta en la misma posición desde la que partieron, y eso, el espectáculo lo reprocha.

En los últimas carreras por las calles del Principado de Mónaco, apenas ha habido emoción. Los adelantamientos de por sí eran complicados, y ahora con los coches más anchos, incluso más; la estrategia tampoco ayuda y, las condiciones climatológicas no le dan el picante que quizás alegraría en muchas ocasiones cualquier carrera de Fórmula.

La fanaticada no perdona. Este 2018 las carreras nos han deleitado con la emoción que hacía años apenas existía, excepto en las dos últimas pruebas del campeonato que cortaron la racha: Montmeló y Mónaco. En este último, el único que se atrevió o, mejor dicho, se vio obligado a arriesgar, fue Mx Verstappen, que partió desde la cola del pelotón hasta finalizar en la novena plaza.

Además, en esta carrera, tan solo hubo tres abandonos. Fernando Alonso tuvo que abandonar por un problema en su McLaren-Renault mientras que, el único accidente que se vio por Monte Carlo fue el de Charles Lecrerc, el piloto que corría en casa y Brendon Hartley, cuando este último fue arrollado por el monegasco en la chicane en los últimos compases de carrera, pero el resultado fue prácticamente el mismo.

Coches en procesión por el Principado, pocos intentos de adelantamiento y poca estrategia ya que, incluso con la aparición de los neumáticos hiperblandos, los pilotos solo necesitaron una única parada para aguantar las 78 vueltas por el trazado. Ahora bien, es verdad que los últimos precedentes no hacen un llamamiento al espectáculo pero, no por eso este trazado ha perdido su encanto ni sea una opción apartarle del calendario.

¿Por qué quitar uno de los Grandes Premios más fascinantes y con más historia de la Fórmula 1? Desde que se empieza a divagar en este deporte, el trazado monegasco siempre aparece por la cabeza de aquellos que lo aman. Ver a los pilotos demostrar su maestría de no rozar su coche contra las protecciones que separan el trazado con la ciudad.

Es cierto que la propia pista ha sufrido diversas modificaciones que hacen más seguro el Gran Premio, pero la esencia sigue siendo la misma. Todos los pilotos quieren ganar aquí desde que se ponen el casco de Fórmula 1 por primera vez en su carrera deportiva. Vencer en Mónaco es especial, y por eso muchas leyendas se han forjado por cómo pilotaban entre los muros de Monte  Carlo.

La Fórmula 1 actual está cambiando cosas que los seguidores más antiguos echan en falta. Circuitos nuevos, el adiós a circuitos con historia... Si el Gran Premio de Mónaco dejase de estar entre una de las pruebas del calendario, la F1 no sería la misma. Da igual que haya carreras en las que las posiciones no varíen, porque un mínimo fallo puede desencadenar una carrera completamente distinta y alocada, o si no, que se lo digan a Olivier Panis. El piloto francés tiene su primera y única victoria en el Gran Circo en este trazado, saliendo desde la 14ª plaza y con un Ligier Mugen-Honda. Esa victoria solo pudo llegar en Mónaco, bajo la lluvia.

Además, se dirían adiós a las leyendas que se hicieron grandes en este circuito, como Ayrton Senna, el que es llamado "Rey de Mónaco". Seis victorias del que es denominado como el mejor piloto de la historia de este deporte que reforzó su historia en este trazado.

Lejos de los lujos y excentricidades que pueden rodear este Gran Premio, la historia que rodean las calles del Principado con la Fórmula 1 son únicas e inigualables, a la altura de pocos trazados. Los pilotos lo aman, y necesitan superar este circuito para grabar su nombre en la posteridad, y el circuito necesita el ruido y la emoción de los monoplazas rodando por sus calles, por eso, este circuito debe permanecer sí o sí.