Las 24 Horas de Le Mans, una de las carreras favoritas del Mundial de Resistencia, se disputan este fin de semana en el circuito de la Sarthe. En las últimas horas, la FIA ha confirmado que garantizarán el Balance of Performance en Le Mans, es decir, que los monoplazas tendrán las mismas opciones, independientemente de si usen tecnología híbrida o no. 

Esta medida, la Equivalencia de Tecnología, ya se aplicó en los test de Le Mans para los equipos LMP1 no híbridos, pero la FIA ha decidido mantenerla también en la carrera. Gracias a esta medida, todos los monoplazas podrán competir en igualdad de condiciones en las pruebas del WEC, más allá de ser híbridos o no híbridos, lo que proporciona las mismas opciones de conseguir un buen resultado a todos los equipos. Pero esta nueva norma no es definitiva, ya que la FIA puede hacer los cambios que considere oportunos a lo largo del fin de semana si el rendimiento de los coches que no utilizan tecnología híbrida es superior a los Toyota. 

En el comunicado de la FIA en el que se explica esta medida, también establecieron que los no híbridos tendrán una energía máxima de combustible de 205 megajulios por vueltas, a diferencia de los 204,4 megajulios por vuelta de Le Mans 2017. El uso del combustible en los no híbridos también se ha limitado y se encuentra en 52,5 kilos, mientras que la temporada pasada era de 53,2 kilos. Sin embargo, en los coches no híbridos no hay cambios, y podrán utilizar 108 kilos. Los LMP1 no híbridos, pueden realizar diez vueltas por stint en la carrera, mientras que los Toyota pueden realizar once. 

Así, se pretenderá igualar el rendimiento entre los monoplazas de la categoría LMP1, tal y como se probó en los test que se disputaron a comienzos del mes de junio. En dichos test, Alonso marcó el mejor tiempo, 3'19''066, mientras que el LMP1 no híbrido más rápido marcó un tiempo de 3'19''680, a seis décimas del piloto español.