Estos dos primeros años después del retorno de KTM al mundial de Moto2 está siendo muy positivo. En 2017, Miguel Oliveira, el piloto más fuerte de sus apuestas, finalizó en el top 3 del mundial con 241 puntos, lo que supuso una respuesta muy positiva de la moto respecto al nivel del campeonato del mundo de Moto2. Brad Binder subió como rookie y terminó octavo y segundo debutante con tres podios en las últimas tres carreras de la temporada, resultado admirable por parte del sudafricano.

Este año Oliveira está segundo del mundial a tan sólo 16 puntos del líder, Pecco Bagnaia. Ya ha cosechado una victoria y cuatro podios. Binder está séptimo con 66 puntos y la mejor finalización en sexta posición. A pesar de que ambos disponían de jornadas ilimitadas de test, IRTA ha decidido cortar el grifo para la marca austríaca.

Considerando la situación del equipo, hay que tener en cuenta que cuentan con pilotos probadores como en el caso de Ricky Cardús, además tienen un presupuesto también ilimitado, lo que hace que acaparen en el mercado con la compra de chasis nuevos a diferencia de los demás equipos, la mayoría con motos derivadas de Honda, las famosas y numerosas Kalex.

Foto: Mirco Lazzari - Getty Images
Brad Binder, séptimo en el mundial | Foto: Mirco Lazzari - Getty Images

Otra cosa distintiva en KTM es que, mientras están en grandes premios, su equipo probador puede estar ensayando con los nuevos prototipos Triumph que serán obligatorios a partir del año que viene, mientras otros equipos no tienen pilotos probadores y tienen que aprovechar el tiempo libre entre carrera y carrera: es el caso de Speed Up o NTS, marcas menos exitosas en Moto2.

Esta nueva norma expuesta para la marca procedente de Austria tiene la exclusiva y única función de que ningún fabricante destaque sobre otro y haya igualdad. De hecho, Moto2 es la categoría con más igualdad por tener un único proveedor de motores, a excepción de KTM, Speed Up, Suter, NTS o Tech3.