El mundial de MotoGP, se ha visto golpeado por un joven piloto francés conocido como “el diablo” que a sus 20 años de edad rompió los records y se coronó como el más joven de la historia en conseguir una pole en la categoría reina.

El rookie Fabio Quartararo, subido a la montura del Petronas Yamaha Sepang Racing Team, ha logrado tres de las pole positions que se han disputado en los nueve encuentros de la temporada frente a las cinco de Marc Marquez y una de Maverick Viñales, posicionándose octavo en la clasificación general del campeonato.

La fábrica japonesa de Yamaha ha entrado al mundial de Motogp 2019 jugando una doble baza. El hecho de tener como uno de los integrantes del equipo oficial al piloto más experimentado de la parrilla, Valentino Rossi y al rookie más fuerte, hasta el momento, en el equipo satélite puede ser una característica ventajosa para el futuro.
Tan solo trece puntos separan al piloto más joven (#20) del más veterano (#46), la única diferencia es que “el diablo” solo puede crecerse y el  “dottore” ya lo ha aprendido todo.

Después de tres ceros sumados en los premios de Mugello, Jerez y Assen y algo más de dos años sin victorias (Assen 2017) se podría decir que Valentino Rossi está pasando, a los 40 años, por una de sus peores rachas en el campeonato de MotoGP.

Una situación parecida fue la que tuvo que vivir en 2011 con Ducati cuando no consiguió dominar a la Desmosedici y finalizó el año siendo séptimo del mundial, sin ninguna victoria y con tres ceros consecutivos sumados: Japón, Australia y Valencia.

El mismo Rossi ha afirmado que si la M1 no mejora, se podría plantear poner fin a su carrera como piloto: "hay cosas que solo yo puedo sentir y cuando no tenga más ganas de correr lo tendré claro. Está claro que depende de los resultados, si no conseguimos resolver nuestros problemas será difícil seguir". 

Nadie cuestiona el don que ha tenido el nueve veces Campeón del Mundo para llevar a Aprilia a ganar un mundial de Moto3 y Moto2 (1997 y 1999), a la Honda a lo más alto del cajón en 500 cc y MotoGP (2001,2002 y 2003) y a su Yamaha a la gloria de la categoría reina durante cuatro años (2004, 2005, 2008, 2009). Le envuelven 229 podios que le clasifican como el piloto con más podios de la historia, de los cuales se desglosan en MotoGP 89 victorias, 75 vueltas rápidas y 196 podios.

Rossi bromea en una rueda de prensa diciendo que Quartararo podría ser su hijo. Foto:motorpasion moto
Rossi bromea en una rueda de prensa diciendo que Quartararo podría ser su hijo. Foto:motorpasion moto

Pero Lin Jarvis,  director de Yamaha, ya se ha pronunciado diciendo que el Mundial "está listo para cuando eso ocurra" refiriéndose a su retirada. Sí bien, ha afirmado que no será un adiós definitivo; "¿echaremos de menos a Valentino? Sin duda. Pero la vida seguirá, y estoy seguro de que él permanecerá involucrado de alguna forma en el Mundial, aunque no vaya a todas las carreras".

Si la fábrica sabe combinar las características punteras de estos dos pilotos y aprovechar esta situación con toda la experiencia de Il dottore, sin dejar que salga totalmente del paddock, podrían formar dentro de su box a un integrante (#20) con verdadero potencial para luchar con el vigente campeón del mundo Marc Márquez.

Sin contar el Gran Premio de Sachsenring, en las últimas dos carreras de Montmeló y Assen Quartararo ha sido el segundo corredor en sumar más puntos, precedido por el propio Márquez. Con el que puede que, en un futuro que está a la vuelta de la esquina, veamos batallas de cuerpo a cuerpo que hagan al espectador levantarse del sofá. Como lo sucedido en el Gran Premio de los Países Bajos 2019 .

Bien se ha visto que la colaboración dentro del equipo puede generar victorias, el mismo Danilo Petrucci le daba las gracias a Andrea Dovizioso por su primera victoria, en Mugello: “tengo que dar las gracias a Dovizioso, que siempre me ha ayudado mucho a lo largo de estos años en Ducati tanto dentro como fuera de la pista.”

A partir de esto, se ha abierto una nueva forma de gestionar las carreras, se entra en un debate interno de fábrica-pilotos donde por un lado están los intereses de cada corredor por ser el mejor y por otro los del equipo por llevarse el título a casa.