Crivillé hizo historia en el 1999 al ser el primer piloto español en ganar un título en la categoría reina, después de su título de subcampeón en el 1996, Álex quería coronarse como campeón y así sucedió.

Todo empezó en Malasia, los nervios a flor de piel, circuito nuevo. Fue una carrera cuerpo a cuerpo con John Kocinski y Kenny Roberts Junior, a nuestro campeón se le gastaron demasiado los neumáticos y tuvo que conformarse con una tercera plaza, ganando Roberts la carrera.

Las circunstancias tampoco fueron muy buenas en el GP de Japon, donde el tiempo perjudicó a Álex y se colocó en novena posición en la parrilla de salida, gracias a sus grandes habilidades, finalmente pudo conseguir una muy buena cuarta posición.

Llegó el GP más esperado, el de España. El fin de semana comenzó de una manera horrible, Mick Doohan se lesionó, a causa de eso no ha vuelto a correr más. Álex quiso homenajear a su compañero de equipo logrando la pole, la vuelta rápida y la primera victoria de la temporada.

Los GGPP de Francia e Italia fueron perfectos para Crivillé ya que ganó las dos después de luchar hasta el final.

El GP de Cataluña fue el siguiente, donde los aficionados guardan un buenísimo recuerdo de esa carrera. Con una remontada burtal animado por el público y una última vuelta de infarto, el español logró su cuarta victoria consecutiva junto a sus compañeros de Repsol en el podio.

Crivillé, Okada y Gibernau en el podio / BoxRepsol.com
Crivillé, Okada y Gibernau en el podio / BoxRepsol.com

Su racha de victorias y buena suerte se rompió cuando en Holanda tuvo que abandonar la carrera ya que su moto quedó destrozada, aunque en los dos siguientes grandes premios (Gran Bretaña y Holanda) protagonizó dos grandes remontadas de esas que solía hacer, yendo con todo hasta el final.

Los fines de semana iban pasando, Álex cada vez estaba más fuerte y sumaba más y más puntos hasta que llegó el mundial a Valencia, una carrera declarada en mojado con neumáticos intermedios no son una buena mezcla, el piloto voló por los aires al resbalar el neumático trasero.

Los siguientes pasaron sin pena ni gloria ya que Álex no quiso arriesgar demasiado ya que quedaban pocas carreras y había un mundial en juego. 

Hasta que llegó el gran día. Gran Premio de Río, solo hizo falta una sexta posición para coronar a Álex Crivillé como campeón del mundo de 500cc, siendo así el primer español en conseguirlo.

Finalmente el GP de Argentina, nuestro campeón ya tenía ese título tan deseado en el bolsillo y se conformó con una quinta posición para despedir el mundial.