Los cambios nunca son fáciles. Y que se lo digan a Lorenzo Dalla Porta. El piloto italiano se convirtió en el 2019 en el Campeón del Mundo de la categoría pequeña junto al equipo del Leopard, una temporada perfecta en el que no faltaron: 2 victorias y 7 podios le permitieron coronarse como justo vencedor el 27 de octubre de 2019 en el Circuito de Philip Island. Junto a él, su compañero de equipo Marcos Ramírez se colocó tercero en el mundial.

Para el 2020 se producían cambios: Dalla Porta subía a la categoría de Moto2 de la mano de Italtrans, con un contrato de dos años, como compañero de Enea Bastiannini. Su directora ejecutiva, Laura Bertulessi explicaba tras la publicación de la noticia su felicidad por tener a Lorenzo, un piloto joven con que el esperaban crecer y lograr resultados importantes.

Pero estos resultados no llegaron en su primera temporada en Moto2, ya que el campeón del mundo acabó la temporada con solo 5 puntos, cerca del final de la clasificación. En concreto, en la posición número 27, lejos de los 279 puntos que logró en 2019.

Durante una entrevista telefónica para GPOne, Lorenzo explicaba la situación vivida este año: “Esta temporada ciertamente ha sido diferente a las anteriores. En las últimas carreras luché físicamente, estaba muy estresado desde es punto de vista porque correr todos los fines de semana es diferente a tener una o dos semanas”.

Además añadía: “No hemos tenido un respiro desde la cuarentena, pero debemos felicitar a Dorna por el campeonato que organizaron”.

Quizás el campeonato tan atípico no ha sido el gran causante de sus complicaciones sino que además explica que el cambio a Moto2 ha sido un punto clave: “También fue duro porque Moto2 es muy difícil y el aspecto mental lo hizo aún más difícil, porque los resultados no llegaron. Además en Valencia durante el warm up también hice una caída evitable y todavía tengo problemas para mover el hombro izquierdo”.

Lorenzo se convertía junto a Arón Canet, Marcos Ramírez y Héctor Garzó en los rookies de la categoría. Sobre si el calendario impuesto con carreras seguidas le había penalizado en su adaptación a la nueva categoría, expresó cómo lo vivió: “Teníamos muchas cosas que probar con el equipo y solo lo hicimos al final de la temporada de Jerez. Los fines de semana son inútiles para probar la moto porque ya desde la FP1 es como si corrieras una clasificación y no es fácil entender qué funciona y qué no”.

Lo que si tiene seguro, es que en el equipo italiano, la profesionalidad no falta en ningún momento: “El equipo me enseñó a no romperme, a seguir trabajando y a que hay que sacarle el máximo partido a lo que tienes. La mayor lección de esta temporada es que ahora sé que quizás  no siempre será posible tener una moto 100% perfecta y que en esos casos tendré que poner lo que me falta, aunque eso signifique ir por encima de mí”.

Gracias a ellos y al trabajo realizado durante toda la temporada, su compañero de Equipo Enea Bastiannini ha logrado convertirse en el campeón del Mundo, a quien asegura no darle ningún consejo: “creo que manejó la situación sin problemas. Siempre parecía tranquilo, luego obviamente habrá tenido sus momentos de presión como todos los demás, pero debo decir que en el garaje fueron realmente buenos sabiendo tomar las decisiones correctas en el momento adecuado”.

Ya finalizada la temporada y realizados los test de Jerez, Lorenzo Dalla Porta piensa ya en la próxima temporada: “En 2021 partiremos con una base más justa para mí y creo que será un año más positivo. Seguro que tendré más experiencia en la moto y será un poco más fácil, tendré más seguridad. Esta fue mi primera temporada con una moto más grande que Moto3, nunca había estado en una 600 ni en ninguna otra cosa. El año que viene será fundamental salir muy motivado sin olvidar lo ocurrido esta temporada, pero de forma constructiva, no destructiva, porque después de un período así es fácil quebrarse”.

Además, el próximo año compartirá box con Joe Roberts, con el que espera construir un gran equipo juntos y al que considera un piloto fuerte y rápido.