Parece que fue no hace mucho cuando Mercedes presentaba su reinterpretación del clásico “alas de gaviota”, y la verdad es que no ha pasado tanto tiempo, justamente cinco años. La marca germana presenta ahora, un lustro después, un nuevo deportivo que sustituye al SLS AMG aunque se situará un peldaño por debajo de este.

4.0 V8 biturbo de 462 o 510 caballos para atacar al Porsche 911.

Mano a mano de nuevo con AMG, dejando a un lado el apellido Benz y bajo la denominación interna C190, ha sido desarrollado este biplaza con un nuevo propulsor V8 de cuatro litros bajo el capó, sobrealimentado por dos turbos y de lubricación por cárter seco, que desarrolla una potencia de 462 caballos para la versión GT “a secas” y 510 cv para la versión GT S.

Este motor va situado en posición central delantera, justamente por detrás del tren anterior, y la caja de cambios Speedshift de siete velocidades va inmediatamente por delante del tren posterior, formando un esquema transaxle, lo que ha permitido que el reparto de pesos entre los dos ejes sea de 47:53 respectivamente. El chasis monocasco está fabricado en aluminio y la carrocería utiliza metales ligeros en su composición, permitiendo que el peso del coche sea de 1.540 kilogramos, dando una relación peso potencia de 3,33 kilos por caballo.

Mercedes-AMG GT S (Imagen: Mercedes-AMG)

La suspensión es de doble triángulo tanto delante como detrás y deriva de la competición. Opcionalmente y de serie en el GT S, los amortiguadores serán ajustables con el sistema ‘AMG Ride Control’. Monta también un diferencial trasero mecánico, que en el caso de la versión más potente es electrónico.

El Mercedes-AMG GT es capaz de acelerar de 0 a 100 en 4 segundos y de alcanzar los 304 km/h limitados electrónicamente, mientras que el GT S logra llegar a los 100 km/h en dos décimas menos, 3,8 segundos, con una velocidad punta de 310 km/h. Como algo anecdótico, el dato del consumo homologado es de 9,3 L/100 km para el GT y 9,4 L/100 para el GT S.

Mercedes-AMG GT (Imagen: Mercedes-AMG)

Un diseño espectacular con un frontal alargado y una trasera muy corta.

Exteriormente, su silueta está dotada de un morro largo y recto, con una cabina retrasada que cuenta con una fuerte caída del techo que se prolonga hasta el final del coche. El frontal está presidido por la vertical calandra típica de modelos actuales de la marca, situada entre unos faros inclinados que se extienden hacia atrás y que a la vez que las tomas de aire inferiores, otorgan agresividad al conjunto. La trasera tiene una atractiva forma picuda, con unos pilotos finos y alargados y dos salidas de escape con forma de trapezoide. Las llantas son de 19 pulgadas aunque existe la posibilidad de montarlas de 20”.

En cuanto al interior, el habitáculo se encuentra dominado por el cuero, aunque también encontramos el pilar A, parte del techo y los laterales del volante cubiertos de alcántara. Destacan los cuatro aireadores circulares cromados situados en el centro, quizá algo visualmente recargado. Sobre ellos una pantalla no integrada, al estilo del resto de la gama. En la consola encontramos el touchpad con el que manejar la mayoría de las funciones y justo por detrás la palanca del cambio automático. A cada lado una fila de botones entre los que se encuentra el selector de modo de conducción, el de arranque y apagado del motor, el del control de estabilidad o el del control de la suspensión. En el techo aún encontramos más botones, como el de las luces de emergencia.

Interior Mercedes-AMG GT (Imagen: Mercedes-AMG)

Como decimos, este nuevo modelo está en un nivel inferior que el SLS AMG, es menos potente, tiene unas dimensiones menores y será más barato; pero el “alas de gaviota” desaparecerá de la gama con la llegada de este. La razón de que Mercedes haga esto es clara: Porsche 911. Los de la estrella de tres puntas han preparado con este modelo un rival directo para el mítico deportivo, sin apartar la mirada del F-Type R de Jaguar.

En el Salón de París estará presente y sin duda será uno de los que más flashes dispare. Posiblemente allí se conozca el precio, que se supone rondará los 150.000 €, pero no tendremos la fortuna de poder cruzarnos con uno por la calle hasta primavera del año que viene.