El Mini menos mini de toda la gama se renueva por completo tras el gran éxito de la primera generación, que rompía con el concepto original de la marca para adaptarse a lo que el mercado demandaba, consiguiendo superar las 540.000 unidades vendidas.
Este nuevo modelo se monta sobre la plataforma UKL que ya emplea la nueva familia Mini, y aumenta de tamaño ostensiblemente con 20 centímetros más de largo, 3 más de ancho y una batalla 7,5 centímetros mayor para emparejarse con el FIAT 500X y aproximarse a rivales de la categoría superior. Esto dejaría sus dimensiones en 4,297 metros de longitud y 1,819 metros de anchura.
Su comercialización se llevará a cabo bajo las versiones gasolina Cooper, con el 1.5 de tricilindrico de 136 caballos, y Cooper S, con el 2.0 de 192 caballos; además de las alternativas diésel Cooper D y Cooper SD con un 2.0 de 150 y 190 caballos respectivamente. Pero además se ofrecerá, como novedad, un híbrido enchufable basado en el 1.5 gasolina de tres cilindros que genera, junto a un motor eléctrico, una potencia total de 224 caballos y dispone de 40 km de autonomía eléctrica.
Acoplado a estos motores irá una caja de cambios manual de 6 velocidades, siempre que no se opte por la Steptronic de 6 marchas en la versión Cooper o por la Steptronic de 8 relaciones en los Cooper S y Cooper D. En el caso del Cooper SD, esta última irá ya incluida de serie. Todas las versiones podrán ir, además, asociadas al sistema de tracción total All4.
El Countryman Cooper S E All4 cuenta con el sistema híbrido plug-in que emplea el BMW 225xe Active Tourer, y logra un consumo de 2,1 L/100km más una autonomía de 40 km
Estéticamente, el nuevo Countryman no varía demasiado con respecto al modelo anterior, y es que, como es lógico, un Mini al menos en diseño tiene que seguir pareciendo un Mini. De momento la marca sólo ha facilitado imágenes del Cooper S, que cuenta con un aspecto más deportivo, pero en él vemos como los faros adoptan una forma algo distinta y sobre todo como en la trasera la matricula pasa al portón, asemejándose más al Mini “normal”.
La evolución más notable se encuentra en el interior, respetando, eso sí, la estética habitual del salpicadero, aunque con un nuevo diseño rectangular de los aireadores. En la tradicional circunferencia de la consola central se sitúa una pantalla táctil de hasta 8,8 pulgadas con la que manejar las funciones de infoentretenimiento.
Debido al crecimiento del coche, este nuevo modelo contará con una mayor habitabilidad, viendo incrementando el espacio tanto en las plazas delanteras como en las traseras; y además mantiene su modularidad y practicidad, con una banqueta posterior corrediza con 13 centímetros de desplazamiento, la cual es abatible en tres partes y en la que los respaldos se pueden reclinar. También aumenta considerablemente el maletero, alcanzando los 450 litros de capacidad; es decir, cien más que antes.
Una de las curiosidades de este Countryman es que monitoriza el tiempo durante el que se circula por pistas sin pavimentar, por carreteras inclinadas o por carreteras cubiertas de nieve, al igual que hace el Cabrio cuando va descapotado, pese a que este SUV no esté destinado a vérselas en terrenos demasiado complicados. Además dispondrá de asistentes a la conducción como el frenado automático de emergencia con detector de peatones, el reconocimiento de señales, el cambio automático de luces, el control de crucero activo o el asistente de aparcamiento.
La presentación oficial del nuevo Mini Countryman tendrá lugar el próximo 18 de noviembre en el Salón Internacional de Los Angeles, pero no será hasta febrero de 2017 cuando arranque su comercialización en Europa.