Cuando Fabio Quartararo recibió el permiso para competir en el Mundial de Moto3 en 2015, un gran vacío quedaba en el garaje del Estrella Galicia para el campeonato Junior. Emilio Alzamora, un maestro a la hora de echar el guante a jóvenes pilotos, apostó por la llegada del valenciano Aron Canet, sin mucha experiencia en campeonatos internacionales como el CEV y con la esperanza de que siguiera los pasos de los hermanos Márquez, Rins, Quartararo o María Herrera. De momento, las sensaciones son más que positivas.

Le Mans fue testigo de una carrera muy accidentada. Ya en la primera curva, un toque múltiple en las posiciones de cabeza, con Tony Alborino como principal protagonista, provocaba una bandera roja de la que los pilotos no se dieron cuenta en toda la primera vuelta, por un fallo en la comunicación en el circuito. De esta forma, se rozó la tragedia cuando los corredores pasaron muy cerca del coche médico sin saber qué estaba pasando el trazado galo.

La segunda carrera se produjo a un total de 12 vueltas y con Canet en la pole. El valenciano, sabiéndose el más fuerte, se mantuvo sereno durante toda la prueba, pese a que un espectacular Joan Mir venía desde atrás remontando como un poseso. Y es que los numerosos problemas que tuvo ayer provocó al líder del Mundial salir desde la 27ª posición. Pero no fue ningún impedimento para protagonizar una de las mejores remontadas en los últimos años.

En apenas cuatro vueltas, Mir ya estaba a rueda de Canet. Ahí se mantuvo durante tres giros hasta que, en la vuelta 8, decidió pasar a la acción en la primera 'chicane', pero entró demasiado largo y su moto le jugó una mala pasada, yéndose al suelo y quedándose sin opciones de victoria. De esta forma, tiraba por la borda una remontada de libro que hubiera pasado a la historia en caso de producirse.

Esto entregó la victoria a un Canet que no vio ni en Pawi ni en Bendsneyder un rival serio por el triunfo. El malayo y el austriaco se jugaron sl segundo puesto en los últimos metros, con victoria para el piloto asiático. El compañero de Canet, el japonés Yamada, también completó una gran carrera, siendo un fijo en el grupo de delante y quedándose, en cuarta posición, a las puertas de lograr su primer podio.

Nicolo Bulega volvió a decepcionar. Tras irse al suelo en la primera arrancada, nunca tuvo chispa en la segunda carrera y se tuvo que conformar con una sexta plaza que le sabe a poco. No obstante, salvó los muebles y ahora está un punto por encima de Mir en el campeonato. Una clasificación general liderada, de todas formas, por Aron Canet, que ya fue segundo en la carrera inaugural en Portimao.

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Sobre el autor
Rubén Gómez
Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona.