Héctor Garzó, nacido en Paterna el 9 de junio de 1998, ha recibido un regalo algo retrasado por su decimonoveno cumpleaños, la oportunidad de debutar en el Campeonato del Mundo de Moto2 en sustitución de Xavi Vierge, que se lesionó en el Gran Premio de Assen. Cabe destacar que para Garzó era tan solo su tercera carrera montando una Moto2 tras disputar dos GPs del CEV este año que está combinando con el Campeonato de España de Superstock.

Tras un viernes difícil en el que fue 26º en el FP1 y 21º en el FP2, el propio Garzó reconocía la dificultad de pilotar la moto. Héctor aseguraba que lo más difícil había sido adaptarse al chasis que, pese a ser el mismo, lleva unas horquillas diferentes, también, como es lógico, el reconocer una pista que es totalmente nueva para él. "Mi objetivo es llegar aquí y ya hemos puesto el primer paso, el objetivo ahora es ganar los dos campeonatos que estoy disputando", señaló Garzó, pleno de confianza en llegar al Mundial para quedarse y para tratar de alzarse con los dos títulos este año.

Tras un viernes difícil, los pilotos se encontraban con una climatología totalmente diferente para la clasificación, asfalto totalmente mojado y mucha precaución a la hora de pilotar por los pilotos punteros. Garzó, sin nada que perder y mucho que ganar, arriesgó y dio el máximo. Este hecho, junto con poder seguir la estela de Franco Morbidelli, llevaron a Garzó a terminar el entrenamiento clasificatorio en quinta posición. Segunda fila de parrilla para un debutante mundialista que dejó asombrados a todos los espectadores.

El domingo de carreras se antojaba difícil para Héctor Garzó, con condiciones de seco no se había adaptado bien aún a la pista y su objetivo era estar en la lucha por los puntos. Corría la vuelta diez del Gran Premio cuando Héctor Garzó se iba al suelo concluyendo así su debut en el mundial. Unos segundos más tarde, Locatelli caía en la misma curva y ponía el corazón en un puño a los espectadores, ya que su moto voló por encima de Garzó. Afortunadamente todo quedó en un susto y Garzó pudo abandonar la pista por su propio pie.