Carrera por eliminación en un día infernal en Motegi de la que salió vencedor el de siempre este año. Sea seco o sea mojado, Johann Zarco es el auténtico jefe de la categoría. Enésimo recital de piloto galo sobre la deslizante pista nipona, en una prueba con poca historia en lo que a la lucha por la victoria se refiere. Ni la consecución de su primer título mundial parece frenar la imparable marcha del pupilo de Aki Ajo.
Y eso que no fue el más hábil en la salida. Jonas Folger, ganador de dos carreras este año a principio de temporada, tomó las riendas en los primeros metros e incluso amagó con la escapada con una serie de vueltas rápidas que, no obstante, no pusieron nervioso al nuevo campeón del mundo. Zarco lo tenía todo bajo control y, en la línea de toda la temporada, estudió durante algunos giros a su rival hasta que. en la sexta vuelta, decidió pasar a la acción y ponerse primero. No hubo respuesta del germano.
El francés no ha podido estrenar de mejor manera su condición de campeón del mundo de la categoría. La ausencia de Rabat le otorgó la corona antes de la carrera y eso parece haberle quitado la presión que padeció dos semanas atrás en Aragón. Es candidato a ganar todas las carreras que quedan y está más centrado que nunca, al tener atada su continuidad en la categoría el año que viene.
Con los dos primeros puestos establecidos, la atención se centró en la lucha por el podio. En principio, con las tempraneras caídas de Luthi y Nakagami, debía ser para Rins. Pero el barcelonés sufrió problemas con el neumático delantero que le impidieron ser competitivo en la segunda parte de la carrera y finalizó en una decepcionante undécima plaza que le complica el subcampeonato. Algo parecido le sucedió a Márquez, que comenzó muy bien pero se fue hasta la decimoctava posición final.
De esta forma, fue Sandro Cortese el que aprovechó las circunstancias para lograr su primer podio de la temporada y el segundo en su decepcionante trayectoria en Moto2, desde que subiera en 2013 como vigente campeón de Moto3. El alemán no lo tuvo fácil, pues tuvo que batallar con el sorprendente malayo Azlan Shah, que finalmente no aguantó su posición de podio, aunque con su cuarta plaza sumó más puntos en esta carrera que en toda la temporada.
Fue el día de los malayos, puesto que Syahrin, consumado especialista en agua, también estuvo entre los mejores. Acabó quinto, justo por delante del sorprendente mejor español, Ricky Cardús, que fue sexto y obtuvo su mejor resultado como piloto del Mundial tras varios años en la categoría. Salom lo tenía todo para conseguir un buen resultado y estar entre los diez primeros, pero se fue al suelo en las últimas vueltas y perdió una buena oportunidad de salvar en los posible una mala temporada.
Así lo vivimos