MotoGP guarda silencio por el sexto aniversario de uno de los hechos más negros de su historia reciente. Tal día como este pasado lunes, 5 de septiembre, el piloto japonés Shoya Tomizawa perdía la vida en la curva catorce del Gran Premio de San Marino, el célebre Curvone. Todo ocurrió a las 12:20 horas de la mañana en lo que parecía ser un día más de carreras. Nada importará para la historia el úndecimo fin de semana de carreras de la temporada 2010. Nadie recordará esa carrera por la victoria de Dani Pedrosa en la categoría reina. Como declararía Valentino Rossi después de acabar la carrera: “cuando pasan este tipo de cosas, todo lo demás es insignificante”.

La desgracia se produjo en la vuelta 12: el japonés cayó cuando iba cuarto a una velocidad media de 240 kilómetros/hora. La Suter número 48 perdía el control de su rueda delantera y caía. Por detrás, Scott Redding y Alex De Angelis no podían evitar arrollarlo. En un primer momento Tomizawa tuvo un paro cardiaco, pero fue reanimado en pista. El doctor Macchiagodena, director médico del Mundial en aquellos tiempos, declaraba cuando el japonés estaba siendo trasladado que su estado era “muy crítico”. En esos momentos el piloto del Technomag-CIP se debatía sobre la vida y la muerte, pero tenía pulso.

Sufría múltiples traumatismos en el cráneo, tórax y zona abdominal, además de las distintas hemorragia internas. Desgraciadamente, su cuerpo tiraba la toalla a las 14:00 horas, con tan solo 19 años de edad.

Foto: Technomag-CIP

La tristeza invadió el paddock italiano

Así, la parrilla de MotoGP perdió a la sonrisa del paddock. Mela Chércoles, periodista del diario AS, le dedicaba un capítulo de su libro "Uves y ráfagas" desde MotoGP en el que hablaba de su personalidad risueña, con la que se había ganado la simpatía de los pilotos y periodistas de las carreras de motos.

Desde Dorna también se hizo patente la tristeza por la pérdida del piloto. El primero en salir a hablar sobre la muerte de Shoya fue Carmelo Ezpeleta, director general de esta organización, que reconoció sentirse “muy triste, pero es un riesgo intrínseco a este deporte”.

Atrás, la moto número 48 con la que Shoya Tomizawa no dudó en batallar durante dos temporadas se llevó por delante dos poles, dos podios y dos victorias que le permitirán por siempre estar en los libros de historia de MotoGP, ya que consiguió la primera victoria en el debut mundialista de la categoría de Moto2, en Losail.

Tras su muerte, los homenajes no se hicieron esperar. Todos los pilotos de las tres categorías se reunieron para rendir un minuto de silencio. El español Jorge Lorenzo corrió con el diseño del japonés, muy aficionado al manga. Incluso, un año después, a la vuelta del Mundial al trazado de Misano, los pilotos acudieron a la fatídica curva catorce. Nadie quiso dejar de rendir homenaje al japonés e incluso pilotos que juraron no volver al circuito italiano, como es el caso de Waine Rainey, que perdió la movilidad de las piernas tras caer allí en 1993.

Desgraciadamente, a día de hoy varios nombres se han unido al de Shoya Tomizawa en los últimos años. En 2011, los aficionados tuvieron que despedirse del mítico Marco Simoncelli, 2015 acabó fatídicamente con la vida de Dani Rivas y Bernard Martínez en Superbikes y hace solo tres meses Luis Salom se dejaba la vida en la curva número 12 del Circuito de Montmeló, donde el motociclismo se vistió de luto de nuevo. Esperemos que no haya más nombres en esta lista y todos, allí donde estén, sigan dando gas a fondo.