En la vida hay ocasiones en las que uno no sabe si está haciendo las cosas como debería. Bien puede ser porque no esté dando todo de sí mismo o bien porque no todo sale como queremos. Para solucionar esto, solo nos queda la opción de luchar y trabajar por cambiar las cosas. Hay días y días, unos mejos y otros peores. Lo mismo pasa en el deporte. Lo mismo pasa temporada tras temporada. Se puede tener una temporada magnífica y, al año siguiente, no reencontrar las buenas sensaciones pasadas.

Algo muy parecido ha vivido Julián Simón durante toda su carrera deportiva. Demasiados altibajos, demasiada mala suerte. Desde que fuera campeón del mundo de 250 cc. en el año 2009, no ha vuelto a encontrar la regularidad necesaria para luchar por los puestos de arriba. En ocasiones sí, pero eso no sirve de nada si el resto del año luchas por permanecer en la mitad de la tabla. En varias ocasiones, sin conseguir el puñado de puntos necesarios para dar por bueno tu trabajo. En ese punto, solo queda resignarse y seguir luchando como un verdadero campeón.

Mal comienzo

El año daba el pistoletazo de salida, como de costumbre, en Qatar. Nada mejor que empezar la temporada en casa de tu equipo. Pero, si ya de por sí cuesta adaptarse rápidamente al inicio de temporada, más aún si tienes la presión de hacer las cosas bien ante los jefes de tu equipo en su propio país. El fin de semana, desde el principio, mostraba que no sería nada fácil. De hecho, su mejor posición fue el décimo séptimo puesto conseguido en los primeros entrenamientos libres. Desde ahí, todo iría a pique.

Foto: Julián Simón

En la sesión clasificatoria solo conseguiría la vigésimo tercera posición. Tocaba salir desde muy atrás, por lo que sería necesario forzar desde la primera curva. Posiciones traseras en parrilla y la necesidad de forzar nunca son buenas compañeras de batallas. Así fue. Simón no logró terminar ni la primera vuelta, por lo que todo se iría al traste sin poder demostrar nada. Tocaba olvidar.

Pero si algo va mal, puede ir aun peor. En parrilla volvía a tener una posición complicada, puesto que esta vez, saldría vigésimo cuarto. Muchos problemas para el de Villacañas, que en Temas de Río Hondo solo conseguiría terminar en décimo novena posición. Eso sí, en este Gran Premio, lograría acabar por primera vez en la temporada. Había que buscar puntos positivos, aunque prácticamente ni los hubiera.

Centenario en Austin

El circuito americano acogería el que fuera el Gran Premio número 100 de Simón en Moto2. Una cifra redonda que debería celebrar con un buen resultado. Así fue. Una novena posición daba la primera alegría del año al toledano. La primera alegría del año para un piloto acostumbrado a sufrir, pero también a las celebraciones tras el trabajo bien hecho.

Pero no todo es de color de rosas a lo largo de una temporada. Cuando parecía que había encontrado el punto a su Speed Up, las malas noticias se cebarían con Simón. Una caída en Jerez durante el warm up, dejaba al de Toledo fuera de la carrera en el circuito gaditano, tras recomendación del cuerpo médico en el Gran Premio de España. De esta forma, la mala suerte se cebaba con el español. Después de perderse el Gran Premio de casa por esa fuerte caída, volvía a visitar la grava en la siguiente prueba. Esta vez, en Le Mans. Otro nuevo cero para Simón. Los problemas se agolpaban y solo quedaba seguir trabajando.

Foto: Facebook Julián Simón

Sumar y sumar

En los siguientes dos Grandes Premios, el toledano conseguía olvidarse de sus problemas. De hecho, conseguía encadenar tres pruebas luchando por los puntos, aunque solo lo conseguiría en Montmeló con una buena décimo tercera posición que le permitía volver a puntuar.

Tocaba poner la guinda al pastel y el lugar elegido sería Sachsenring. Una carrera loca, en la que la lluvia sería la protagonista final. Una situación en carrera que Simón no dejaría escapar y, después de protagonizar un carrerón, terminaría el Gran Premio de Alemania en el podio. Cuatro años después, volvía a pisar el cajón. Esta vez, en tercera posición, pero mucho más emotivo que el segundo puesto de Valencia 2012. El trabajo bien hecho premiaba a un piloto inmerso en diversos problemas con su Speed Up. Pero Alemania volvía a mostrar la sonrisa de un campeón.

Desde ese momento, volvería a encadenar otros tres Grandes Premios luchando por los puntos y, esta vez, consiguiendo dos décimos terceros puestos en Brno y Silverstone, así como una décimo quinta plaza en Austria. Sin duda, este sería su mejor momento en todo el año. Julián Simón veía recompensado su esfuerzo en forma de puntos para la clasificación general. Aun así, San Marino volvería a dar un golpe a Simón, que se vería obligado a abandonar a falta de cinco vueltas para el final.

Foto: Facebook Julián Simón

Final de temporada irregular

Aragón y Valencia, dos Grandes Premios en los que Simón aspiraba a puntuar de nuevo. Pero nada más lejos de la realidad. Definitivamente, competir en casa no fue lo mejor que le pudo pasar al de Villacañas durante esta temporada. Vigésimo primero y vigésimo tercero, respectivamente. Muy lejos de sus expectativas. Entre medias de estos resultados, una octava posición en Motegi sería la última prueba en la que conseguiría puntuar. Después de eso, varias caídas, tanto en Sepang como Phillip Island, dejaban al toledano sin luchar por los puntos.

Unos problemas cervicales que no impedirían al piloto del QMMF Racing Team despedirse de la categoría y del Mundial de motociclismo en Valencia. Cheste despediría a una de las piezas más importantes del motociclismo español en los últimos años. Un tipo querido en el paddock y un campeón del mundo en 125cc. Como colofón final a su año, el de Villacañas anunciaba que, desde ese momento, pasaría a formar parte del equipo de Tito Rabat. Un cargo como coach ganado a base de años de esfuerzo y buen hacer dentro del mundo del motor. Ahora toca ver los toros desde la barrera, toca seguir trabajando y disfrutar de toda la experiencia de un campeón.