Supo esperar su momento. Es parte de la mística que acompaña a todos los pilotos del motociclismo, el pensar sobre la moto como si no desafiaran al tiempo en cada vuelta. Jorge Navarro hizo todo eso en el Gran Premio de Aragón, donde se llevó la victoria en el día grande de Brad Binder, pues fue él quién se coronó campeón del mundo de Moto3.

"He decidido aflojar un poco para no desgastar tanto los neumáticos y guardar energía para el final"

La pista aragonesa, puro disfrute para las dos ruedas, es una apuesta de rebufos donde el más listo es quien resulta ganador. Era consciente de ello el piloto de Honda, así que desde los primeros giros optó por mantener un ritmo fuerte que le permitiese tomar parte de ellos en el momento final de la prueba: "Ha sido la típica carrera de Moto3 en MotorLand, donde los rebufos juegan un papel muy importante. En las primeras vueltas he intentado marcar un ritmo fuerte, pero he visto que no era posible romper el grupo, así que he decidido aflojar un poco para no desgastar tanto los neumáticos y guardar energía para el final".

Jorge Navarro rodando en la pista aragonesa / Foto: Box Repsol
Jorge Navarro rodando en la pista aragonesa / Foto: Box Repsol

Navarro supo así amoldarse a las características cambiantes de la carrera, un denominador común en la categoría pequeña. De ese modo, cuando el final apretaba, decidió sacar todo su potencial para prevenirse de la caballería que llegaba atrás para acercarse a la meta en manada a buscar una oportunidad: "Cuando faltaban cinco giros he decidido atacar porque éramos bastantes pilotos y venía más gente por detrás. Me he sentido cómodo y he visto que la mejor estrategia era llegar segundo a la recta de atrás".

Y si lo dio todo en las vueltas finales hizo un último esfuerzo, de esos que llaman titánicos, para alzarse ganador en la prueba de casa, ante los suyos: "Me ha sorprendido Binder, que me ha pasado cuando yo adelantaba a Bastianini, pero en la última curva lo he dado todo, porque quería conseguir la victoria". Y así fue. Alegría de ganar de nuevo, de renacer, de ser el mejor del domingo. Eso sí, hizo ese pequeño gesto de rabia, pues él ganaba la carreram pero otro se imponía campeón del mundo, el sudafricanom para el que supo guardar unas palabras: "Ganar aquí es algo fantástico. Quiero felicitar a Brad por el título y la temporada que ha hecho". No todo pudo ser perfecto.