Brad Binder logró la victoria en el último Gran Premio de España, en Jerez, pero la logró de una manera que no se ve todos los días, y que no todos los pilotos pueden hacerlo.

El sudafricano partió último en la parrilla de salida de Moto3 debido a irregularidades técnicas relacionadas con el mapa de encendido de su KTM durante la sesión clasificatoria del sábado. Sin embargo, salir trigésimo quinto no le privó a Binder estar con la cabeza de carrera después.

Foto: Ajo Motorsport

Pecco Bagnaia hizo una gran salida, con Jorge Navarro segundo y Bulega, que salía desde la pole, pasó de la primera a la tercera posición. Junto a los tres primeros estaban Jorge Martín y Fabio Quartararo, pero en la curva Dry Sack se irían ambos al suelo tras colisionar.

Navarro comenzaba a sentirse cómodo, y pasó a liderar la carrera para intentar abrir un pequeño hueco, pero nunca llegó a tener esa ventaja suficiente como para escaparse en solitario. Se formó un grupo de tres pilotos que lideraba Navarro, abriendo un hueco al resto de perseguidores.

Mientras, lejos de la cabeza de carrera, Brad Binder comenzaba a remontar de una manera apabullante, además de una grandísima salida en la que adelantó muchas posiciones. El piloto sudafricano iba cuarto a falta de catorce vueltas para el final, habiendo adelantado a más de treinta rivales para llegar hasta allí.

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Navarro, Bagnaia y Bulega seguían en cabeza, pero el siguiente grupo perseguidor ya estaba liderado por Binder, que veía posible alcanzar el pódium tras el gran ritmo que había demostrado. El sudafricano solo tenía en mente un objetivo, recuperar los tres segundos de distancia que le separaban del trío de cabeza. No solo lo hizo, sino que todavía faltaban diez vueltas cuando ya estaba con el grupo de cabeza. La remontada fue épica.

Ya en el grupo de cuatro, Binder había bajado sus tiempos de vuelta. Era normal tras haber adelantado a más de treinta pilotos. Sin embargo, cuando todavía quedaba carrera, Binder le disputaba a Navarro el liderato, pero este último se lo impedía.

Navarro corría en casa, tenía ganas de hacerlo bien, iba rápido, pero todo el mundo vio que el más rápido aquel día era Brad Binder. Tarde o temprano el sudafricano pasaría al español. Ambos luchaban por su primera victoria mundialista y ninguno se lo iba a poner fácil al otro.

En la curva seis, Binder adelantó al límite a Navarro, que tuvo que corregir su trayectoria para evitar colisionar. Desde ese momento, Binder fue abriendo un pequeño hueco que llegó a ser de tres segundos, el suficiente para que ninguno de los tres pilotos que le perseguían le atacasen. Navarro, por el contrario, iría perdiendo posiciones, siendo adelantado por Bagnaia y finalmente por Bulega.

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El sudafricano cruzó la meta en primera posición, seguido por Bulega y Bagnaia. Era la primera victoria del sudafricano en el campeonato del mundo, y la primera de Sudáfrica desde Jon Ekerold en 1981.

Jerez supuso un gran paso para Binder a su primer título mundialista, ya que demostró su pilotaje con su remontada. Desde entonces, el sudafricano maduró y fue cada vez a mejor, mientras que sus rivales sufrirían para disputarle el campeonato. 

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Sobre el autor
Diego  Cantalejo
«A mí me gustaba ganar siempre al final. Esto era algo por lo que ellos me temían» https://www.facebook.com/diego.cantalejomata https://www.instagram.com/diegocantalejo/