Resurrección en casa del enemigo

Domingo perfecto para Valentino Rossi en terreno de sus dos grandes enemigos. Tras dos semanas muy duras, con la resaca de su cruel abandono en Mugello por problemas mecánicos, Rossi ha vuelto, y de qué forma. Ganó en Jerez, y volvió a ganar en terreno hispano. De nuevo, con una exhibición. De nuevo, demostrando que está mejor que el año pasado, bordeando una de las mejores versiones de toda su carrera deportiva. A sus 37 años.

El de Yamaha salió enchufado desde el primer momento, sin hacer una gran salida, pero adelantando con gran facilidad a las Ducati, a Pedrosa y a Viñales. Eso le llevó a la tercera plaza en apenas tres giros, y neutralizó la ventaja que habían obtenido Lorenzo y Márquez en los siguientes dos giros. Era entonces el momento de ejecutar el plan que no pudo salir bien en Mugello hace quince días. Adelantarlos y escaparse en busca del segundo triunfo del año.

Primero fue Márquez el que sucumbió a las magistrales frenadas de Rossi y, a la siguiente vuelta, Lorenzo. Poca oposición pudieron ofrecer ante un piloto que había salido enchufadísimo y con la mirada fija en la victoria. Pero dicho triunfo no iba a ser fácil. Como decía Ayrton Senna, fiel espejo en el que suele mirarse el de Tavullia, nunca hay victoria sin sufrimiento.

El rival no iba a ser Lorenzo, sino Márquez. Su archienemigo. Aquel con el que tantas veces entabló hostilidades el año pasado, y con el que comenzó una guerra sin cuartel que sólo se ha calmado parcialmente. El de Cervera superó fácilmente a Lorenzo, que sufría con una moto que no terminaba de ir por donde quería. ¿Los neumáticos? ¿El cambio de trazado? Extraño, porque a Rossi todo le iba bien, y tenía la misma moto para ser perjudicado de manera equitativa.

Rossi y Márquez se escaparon y llegaron pegados a los últimos cinco giros, provocando el delirio en las gradas del Circuit de Catalunya. Fue entonces cuando Márquez comenzó a lanzar ataques. Rossi respondió, con rapidez y agresividad, a cada intento de adelantamiento del piloto de Honda. El definitivo, en la vuelta 23, a dos del final, en el que Rossi le apuró la frenada en la primera curva del trazado. Una vuelta y media después, llegó el momento clave: error de Márquez, que entra colado en un giro, y arroja la toalla.

Había ido al límite para perseguir a su rival, pero Márquez vio el peligro y, como no hizo en Mugello, decidió aflojar. Un segundo puesto que, acompañado de las circunstancias de la carrera, le acabó dando el liderato. No estará tan contento con reenganchar a Rossi a la lucha por el campeonato, que con esta victoria vuelve a estar a menos de una carrera de distancia tanto con Márquez como con Lorenzo.

Iannone le 'regala' el liderato a Márquez

Y es que el balear fue el gran perdedor del día. Los problemas con la moto sólo fueron el comienzo de una pesadilla que acabó en la vuelta 17. Cuando había perdido la posición con Pedrosa y Viñales, y rodaba en quinta plaza, vio cómo Iannone, el piloto al que sustituirá en Ducati en 2017, se le acercaba. El italiano, que ya arrolló a Dovizioso en Argentina, embistió a Jorge en una acción sin sentido, viniendo desde casi medio segundo de distancia en la frenada del estadio.

Es el segundo 'cero' del año para un desconsolado Lorenzo, que no aceptó las disculpas del piloto de Ducati. La caída fue dura, y habrá que ver si hay daños físicos para el campeón del mundo, aunque parece que no sería así. El principal daño, por lo tanto, sería la pérdida del liderato, que pasa a manos de Márquez, con 10 puntos de ventaja con respecto a Lorenzo y 22 sobre Rossi, vencedor del día.

Segundo podio del año para Pedrosa

El podio lo completó un correcto Dani Pedrosa, que se la jugó montando el neumático medio, buscando hacer algo distinto a sus rivales. Tuvo la mala suerte de encontrarse con un muy combativo Viñales, que le hizo perder tiempo en las primeras vueltas. Luego tuvo un ritmo similar a los dos primeros, pero con un déficit de distancia insalvable. Gran carrera del barcelonés, que logra su segundo podio del año y sigue dando pasos hacia delante.

Viñales acabó cuarto en una carrera a la que salió con muchas ganas y que estuvo a punto de jugarle una mala pasada cuando peleaba con Pedrosa o con Lorenzo. El buen papel de los pilotos españoles se completó con la quinta plaza de Pol Espargaró, la octava de Álvaro Bautista o la décima de Héctor Barberá.