Marc Márquez ha dado hoy un golpe en la mesa del campeonato de MotoGP. Tras una  carrera que estaba prevista a 26 vueltas, el de Honda pudo endosar veinte puntos de ventaja con Valentino Rossi, que no acabó la carrera y 14 con Jorge Lorenzo, que acabó décimo. No obstante, la carrera tuvo que ser suspendida porque las condiciones climatológicas impedían que las motos rodasen con seguridad, por lo que la segunda manga estuvo programada a doce vueltas. En el reinicio de la carrera, el piloto del Repsol Honda resultó ser capaz de mantener un buen ritmo durante la segunda ronda. Logró tener un ajustado paso por vuelta, que le permitiese perder la menor cantidad de puntos con la moto número 46. Sin embargo, cuando el italiano acabó en el suelo, no buscó ganar la carrera, sino correr los menos riesgos posibles.

Al ser preguntado por los medios de comunicación, ha asegurado sobre su resultado que “esta segunda posición era como una victoria”, después de una fin de semana, este en La Catedral, en la que su equipo le habían recordado mantener la calma y la sangre fría, frente al Márquez impulsivo que veíamos en anteriores campeonatos, parece que la madurez ha llegado al de Cervera, que en otras ocasiones hubiese luchado la victoria con Jack Miller aunque pudiera haber acabado en la grava.

No obstante, la carrera no ha sido un camino de rosas para que catalán: “En el principio de la primera manga no me he sentido cómodo y he perdido distancia con los primeros”, a pesar de estar llegando a su rueda antes de que la Dirección de Carrera suspendiese la carrera. En la segunda manga ha salido con un ritmo mayor: “He decidido no seguir a Rossi y Dovizioso porque iban muy rápido. Aunque luego los dos se han acabado cayendo”.

Precisamente la caída de Rossi hizo que Márquez pensara en el campeonato, por ese motivo, dejó escapar a Jack Miller, que perseguía su primera victoria en la categoría, y administrar la ventaja con el tercero para embolsarse 20 puntos en el casillero.