Nada hacía presagiar en los test de pretemporada que Yamaha no iba a estar en lo más alto del casillero en esta temporada. Durante el invierno, las motos de Valentino Rossi y Jorge Lorenzo demostraron estar un paso por delante de sus competidores en la categoría reina. Un hecho este que no ha podido extrapolar a las carreras, donde la Honda de Marc Márquez ha brillado lo suficiente para alcanzar lo más alto del podio.

Irónicamente, el inicio de la temporada fue para el vigente campeón del mundo mejor que el año pasado. La primera carrera, celebrada en Catar, fue dominada de principio a fin por el mallorquín, que acabó primero con dos segundos de ventaja respecto a Andrea Iannone.

A partir de ahí comenzaron los malos resultados, se fue al suelo en Termas de Río Hondo. El mallorquín fue el primero de los favoritos por el título en probar la grava este año. No obstante, supo recomponerse y acabar segundo en Estados Unidos, cuando el show de la máxima categoría del motociclismo pasó por Austin. Fue en esta tercera prueba cuando su compañero de equipo, Valentino Rossi, no pudo acabar la carrera. Este escenario favoreció a Marc Márquez, que con una moto inferior, pudo sumar dos victorias seguidas. Yamaha comenzaba a inquietarse.

En este escenario fue cuando comenzó el juego de fichas, que podría haber sembrado la inestabilidad en la firma de Iwata. La confirmación de que Valentino Rossi renovaba por dos años y que, ante la sorpresa de todos los aficionados, Jorge Lorenzo dejaba la fábrica que le había visto convertirse tres veces en Campeón del Mundo de MotoGP.

Desde ese momento, la relación entre los dos pilotos, ya de por sí deteriorada, ha ido a peor, según han asegurado varios diarios. Además, tal y como ha asegurado Marc Márquez, la marca del diapasón ha apostado por el de Tavullia, en detrimento del español.

De esta forma, el piloto consiguió entrar a la historia sobre el trazado de Jerez, al ser el tercer piloto en la historia en conseguir 100 podios en la categoría reina. Las dos victorias consecutivas en Francia e Italia, donde su rival del Repsol Honda solo consiguió 23 puntos, hacía esperar un renacimiento del equipo capitaneado por Lin Jarvis. La clasificación quedaba bastante ajustada, con solo cinco puntos de separación entre los dos pilotos españoles.

Foto: Movistar Yamaha MotoGP

La lluvia, un factor clave

No obstante, no fue más que un espejismo ya que el vigente campeón del mundo tuvo que soportar que la Ducati de Andrea Iannone acabase con sus opciones en Montmeló, donde sumó el segundo cero de su casillero y quedando por detrás de Rossi y Márquez.

En las siguientes carreras, la lluvia ha acabado con las oportunidades de hacer un buen papel. Tanto en Assen como en Sachsenring, donde la lluvia hizo acto de presencia. En los Países Bajos, donde la lluvia fue total, solo pudo acabar en la décima posición, aunque el abandono de su compañero de equipo le permitió aguantar la segunda posición de la clasificación. Algo parecido sucedió en Sachsenring, donde no consiguió dar con la estrategia adecuada.

Así, estas carreras han hecho que el campeón del Mundo en 2013 y 2014 pueda afrontar el parón estival con 48 puntos de ventaja sobre Lorenzo y 59 sobre Rossi. No obstante, la marca del diapasón sigue teniendo la mejor moto y Lin Jarvis, el director de la escuadra Movistar Yamaha MotoGP, confía en remontar en la segunda parte de la temporada. Nueva pruebas decidirán si esto es posible o, por el contrario, Honda se llevará este entonchado. La emoción está servida.