El Gran Premio de Japón ha ido de menos a más para Maverick Viñales, quien después de tener dificultades para encontrar la puesta a punto durante los entrenamientos de los dos primeros días, ha terminado consiguiendo un tercer puesto que se suma a la victoria de Silverstone y el tercero de Le Mans para seguir engrandenciendo su primera temporada en MotoGP.

"Estoy muy contento con este podio", ha asegurado el de Roses. Durante los libres y la clasificación no se había sentido cómodo con la GSX-RR, por lo que ha explicado que ha sido clave la actuación del equipo para "mejorar la moto del sábado al domingo", propocionándole así una máquina con la que se sentía "mucho más cómodo" que durante la clasificación en la que solo pudo marcar el séptimo mejor tiempo, algo que le dejaba en la tercera línea de la parrilla y ha provocado que no pudiera salir tan bien como le hubiera gustado. 

"Esto significa que todavía tenemos mucho potencial que mostrar", ha apuntado Viñales. También ha querido destacar su carrera, en la que ha sido "inteligente" después de una complicada salida, y ha decidido "mantener la calma y no malgastar los neumáticos". Esto le ha permitirdo guardarse unas décimas para el final de carrera, donde ha llegado en mejores condiciones que su compañero de equipo, Aleix Espargaró.

A pesar de que Viñales ha asegurado que ha sido "una bonita batalla con Aleix", a quien ha superado gracias a su estilo conservador que mima los neumáticos, ha explicado que después de pasarle era "demasiado tarde para intentar llegar a la segunda plaza" que ocupaba Dovizioso, por lo que se ha tenido que conformar con el tercer escalón del podio. Sin embargo, ha definido el resultado de la carrera como "emotivo", ya que ha sido delante de "todos los fans y compañeros de Suzuki".