107 vueltas. El trabajo de Marc Márquez durante la segunda jornada de pruebas en Australia ha sido tan tedioso que incluso sus manos lo han notado: según indican los que le han visto al bajarse de la moto, las tenía destrozadas. “Era el objetivo de hoy”, asegura el catalán, que ha sido, con diferencia, el más activo del día. 

Foto: Repsol Honda Team

Márquez ha realizado 107 vueltas en las que "ha conseguido el objetivo" de ser "consistente"

“Ha sido un día de trabajo realmente duro, estoy un poco cansado”, comentaba Márquez, que aseguraba haber conseguido el objetivo de “ser consistentes”. A pesar de que su vuelta rápida ha sido pronto, tan solo en el vigésimo giro de los más de 100 que ha realizado, lo más interesante no ha sido ese 1:29.309, sino las 25 vueltas en 1:29 que ha conseguido, muchas de ellas seguidas. Al final del entrenamiento, además, el de Honda ha encadenado varios 1:30 seguidos, que posteriormente explicaba: “He hecho dos tandas largas al final del día, para probar distintas configuraciones electrónicas, y eso nos ha permitido recoger bastante información”.

"Espero que podamos identificar dónde dar un paso adelante"

La satisfacción del objetivo conseguido contrasta con la falta de sensaciones. El ‘93’ ha asegurado que aún “falta algo”, porque “no se encuentra 100% cómodo” sobre Honda RC312V. Las más de cuatro décimas que le separan del tiempo más rápido, el 1:28.847 marcado por Maverick Viñales, dejan al actual campeón del mundo con la sensación de poder ir más allá, a pesar de haber sido el segundo piloto más rápido de la jornada. “Espero que las dos tandas largas nos permitan identificar dónde podemos dar un paso adelante”, ha manifestado. Honda, a juzgar por las palabras de Márquez, se está volviendo a ver superada por otras marcas, como ya sucediese en la pretemporada del año pasado, aunque el catalán asegura que están “trabajando en la dirección correcta”.