Era ya sabido que el recién llegado a la escudería de Yamaha tenía opciones con fundamento para conseguir su primer podio de la temporada en Qatar, pero su dominio absoluto desde los entrenamientos libres convenció a espectadores, rivales y equipo de que su ley estaba ya más que impuesta de cara a la carrera. La lluvia intermitente y una pista impracticable le otorgaron la primera posición en parrilla de salida, hecho que no pilló a nadie por sorpresa tras el tiempo de 1’54.834 protagonizado por Maverick en el único y tercer entrenamiento libre del viernes 24.

Maverick Viñales en los entrenamientos libres / Foto: Yamaha
Maverick Viñales en los entrenamientos libres / Foto: Yamaha

La carrera para el pole man de la categoría reina se planteó complicada desde el inicio; una pista fría con falta de adherencia amenazó con tambalear los cimientos de su hasta entonces liderazgo obtenido a lomos de su Yamaha. La salida no fue la soñada, su posición cayó hasta la quinta y rodó durante las primeras vueltas en dicha posición, pero de ninguna manera incurrió en errores que le hicieran quedar fuera de carrera. Fueron su calma y determinación los que a pesar de ver como Johann Zarco o Andrea Iannone, pilotos que lideraban la carrera, rodaban por el suelo y abandonaban el espectáculo, mantuvieron a Maverick con su objetivo inamovible debajo del casco.

Sin abandonar su meta personal y la deseada por su equipo, ganar la carrera, Viñales se creció en pista y demostró que los tiempos obtenidos en los entrenamientos libres y la posición en parrilla de salida no eran cuestión de suerte, como bien afirma Ramón Forcada, jefe de mecánicos de Yamaha, quien comentó que “no hizo su mejor salida y Zarco se le coló. Luego esperó acontecimientos y mantuvo la calma cuando se le cayó Iannone justo delante. A partir de ahí fue hacia arriba y se preparó para atacar”. Fue en la vuelta 12 cuando sin contemplaciones pasó a Marc Márquez y llegó hasta Andrea Dovizioso para colocarse en primera posición a falta de seis vueltas para que ondeara la bandera a cuadros. Las palabras de su ingeniero son un reconocimiento más que merecido por parte de Viñales: “Supo abrir hueco para llegar a la última vuelta con algo de margen sobre la Ducati, que es rapidísima y acelera mucho a partir de cuarta marcha. Era la única forma de desactivar cualquier opción de rebufo y lo clavó. Lo hizo todo perfecto”.

En el equipo de Yamaha vivieron la carrera con la misma tensión y presión que sintió Maverick, ya que según Forcada “en el ambiente había la sensación de que un segundo puesto de Maverick se habría visto como un desastre. Parecía que lo único que podía hacer era confirmar su dominio, o sea ganar sí o sí, y que otra cosa hubiera sido un fracaso. Eso supone una tremenda presión, más aún por las circunstancias en las que se corrió”. Sin ninguna duda, el nuevo piloto de Yamaha dio su 100% para provocar la mayor de las euforias en aficionados y equipo, pero sobre todo, dio todo de sí para satisfacer la sed de victoria con la que ha arrancado esta temporada.