Al contrario que gran parte del paddock de MotoGP, Marc Márquez ha sido uno de los pocos pilotos el campeonato que no se ha quejado del nuevo trazado del circuito de Montmeló. Tras la terrible desgracia vivada hace casi un año donde perdimos a Luis Salom, se decidió instalar una nueva chicane que ha dado mucho de qué hablar tras las pruebas de este miércoles. Gran parte de los corredores se muestran disgustados por el cambio de variante.

El vigente campeón del mundo, sin embargo, declaró que le gustaba ya sólo por lo rara que es. Una chicane delicada que hace cambiar por completo el ritmo de que carrera que se establece a lo largo del circuito. “Este miércoles nos centramos en entender el nuevo trazado. La nueva chicane es un poco rara, sobre todo lo fue en las primeras vueltas, pero es tan rara que al final me acabó gustando”, añadió Márquez.

"Es muy técnica, muy difícil, y cuesta mucho coger la referencia del punto de frenada. En el resto del circuito vas a una velocidad, a un ritmo, y aquella parte es completamente distinta”, explicó el de Cervera.

El día sirvió también para probar los nuevos neumáticos que Michelin va a incorporar a partir del próximo Gran Premio, el próximo fin de semana en Mugello (Italia). Un compuesto con una carcasa más dura a comparación de la que se venía usando hasta Le Mans. Otro factor que provocó algún que otro enfrentamiento y desacuerdo en el paddock durante la pasada cita en Francia.

“Confirmé que ese neumático es algo mejor para mi estilo de pilotaje, aunque tampoco es que sea la noche y el día en comparación con el anterior. Era importante trabajar con él porque aquí (Montmeló) una de las claves será la durabilidad de las gomas”, declaró Marc, quien la pasada temporada acabó en segundo lugar tras una gran batalla con Valentino Rossi. El italiano se adjudicó allí su última victoria hasta el momento.