Parece ser que las malas noticias no paran de llegar al paddock. A la muerte de Nicky Hayden el pasado mes de mayo hay que sumarle una nueva pérdida, la del hijo de Marco Lucchinelli, que contaba con tan sólo 36 años.

Era una tarde de martes en Bolonia. El joven volvía en moto de su trabajo por la carretera 31, exactamente en la Via Poggio, cuando al impactar con un todoterreno Range Rover de grandes dimensiones, sale disparado hacia una valla de hormigón armado del recinto industrial de Castel Guelfo, contra la que se golpea fuertemente. Al parecer, el conductor del todoterreno empezó a girar a la izquierda hasta dar con la moto del joven Lucchinelli. Aunque las asistencias sanitarias llegaron de inmediato, no se pudo hacer nada para salvar su vida, muriendo a los pocos minutos del accidente.

La policía italiana ha cortado la carretera que conecta Castel Guelfo y San Lazzaro para intentar poner algo de luz al caso.

Este ha sido otro golpe para el motociclismo pero sin duda, para el propio Marco, al que Dorna le nombraba MotoGP Legend en el Gran Premio de Italia al ser campeón del mundo de 500cc en 1981 con Suzuki. Lucchinelli estuvo en activo en el mundial durante 12 temporadas, desde 1975 hasta 1986. Más tarde, reaparecería en Superbikes en 1988, donde permaneció hasta el 90.

Esto deja claro el peligro que corren los motoristas cada vez que salen a circular por las carreteras. En la moto va el piloto y solo el piloto. Nunca existen las protecciones suficientes para poder salvar una vida y la ausencia de estructura alrededor parecida a la de un coche puede marcar esa fina línea entre la vida y la muerte.

Si vas en moto, toma las precauciones necesarias y respeta las leyes de circulación. Si vas en coche, no pienses que los motoristas van todos como locos y respetalos al igual que hacen ellos, pero sobretodo no te despistes. Eso puede salvar a mucha gente.