Andrea Iannone comenzaba la temporada como una gran promesa para la marca japonesa, y es que después de la temporada que hizo con Ducati se esperaba que llevase a Suzuki a lo más alto. 

Recientemente han descubierto que uno de los grandes problemas de la GSX-RR ha sido el motor, el cual parece que es bastante peor que el del año pasado, y el responsable de dicho cambio, el propio Iannone.

Así que tras esta revelación Andrea decidió explicar su versión sobre las últimas declaraciones hechas en las que se alegaba que él era un poco culpable de la mala racha de Suzuki. En dichas declaraciones afirmaba que él no es culpable de nada y que todo lo que estaba en su mano lo había hecho. 

La nota decía así: "No he dado nunca un paso atrás, nunca me he parado ni he ahorrado esfuerzos, he arriesgado siempre hasta el final, lo he dado todo siempre. He buscado siempre entender, he intentado siempre analizar cada cosa, siempre con puntos de vista diferentes, porque la razón no está solo nunca de una parte. He aprendido estos años a encajar en silencio, poco a poco, antes era mucho más fogoso, y los que me conocen bien lo saben. Hoy espero que sea el tiempo quien hable, por eso permanezco callado. Pero la verdad es que no he dormido en bastante tiempo, este año está siendo difícil, y lo será todavía, verdaderamente duro". 

El piloto de Suzuki añadía una metáfora a sus declaraciones, en la cual hablaba de su relación de amor-odio con su GSX-RR: "He intentado amarla desde el primer momento, he intentado que se enamorara, he intentado regañarla, ponerla celosa, por momentos la he odiado, pero nada funcionaba, no he sabido como gestionarla, y esto me ha hecho perder la cabeza literalmente. Pero ella siempre está ahí, sé que me espera". 

"Probablemente, después de casi un año intenso de trabajo hemos localizado determinada problemática que nos regalan una bocanada de aire fresco. Esperemos el próximo campeonato con la conciencia de que el 2018 puede regalarnos emociones que no ha sido posible vivir este año", continuaba el '29'.

Y zanjaba mandando un mensaje claro a aquellos que dudan de él: "Solo quiero que sepáis que nunca tiro la toalla, que no renuncio ni me detengo. ¡Nunca dejéis de creer!"