El problema más grave que ha arrastrado Yamaha desde que empezaron los problemas para la fábrica diapasone en el Gran Premio de España ha sido el del tipo de chasis con el que trabajarían sus pilotos oficiales el año que viene. Para ellos fue muy decepcionante que los dos oficiales con la nueva moto de 2017 estuvieran rodando en muchas ocasiones por detrás del mejor piloto privado, Johann Zarco, cosa que causó la petición de usar la M1 2016 por parte de Maverick Viñales y Valentino Rossi, y fue rechazada.

Un halo de esperanza apareció en el Gran Premio de Australia cuando los dos oficiales hicieron podio y Johann quedó justo por detrás en cuarta posición, pero aún así seguía la lucha en el interior de los garajes por mejorar de cara a los dos últimos grandes premios y sobre todo para empezar bien la pre-temporada 2018.

Por eso, en el Gran Premio de Valencia, Yamaha les permitió tanto a Maverick como a Valentino utilizar la M1 2016 en carrera, pero aún así no funcionó a la perfección vistos los resultados: Rossi quinto y Viñales duodécimo. En el caso de Maverick, no pudo ni siquiera clasificar directamente para la Q2 y Valentino pudo a duras penas, cosa que ponía en contra las esperanzas de cara al domingo.

“Yamaha tiene múltiples problemas y poco tiempo para resolverlos de aquí hasta marzo. Hablamos con los japoneses y ellos están tan preocupados como yo, pero no sé qué piensan hacer. No sabemos qué pasa, porque el cambio de motor que hicimos del año pasado a este no fue tan grande como el de Honda”, decía el italiano nueve veces campeón del mundo.

En principio, Yamaha afrontará los test de martes y miércoles posteriores a Valencia, aunque no será definitiva la moto que probarán allí. Para ello, se dirigirán al Circuito Internacional de Sepang los días 27 y 28 de noviembre para realizar más pruebas en unos test privados donde seguramente se elegirá cuál será el chasis a utilizar en la temporada 2018, ya que es algo muy urgente y que llevan buscando toda la temporada.