El 2016 fue un gran año para la fábrica japonesa subiéndose al podio hasta en cuatro ocasiones, una de ellas fue la victoria en Silverstone y en Montmeló lo rozó quedando en cuarto lugar. Estas brillantes actuaciones del piloto de Roses hicieron que recortaran los privilegios para Suzuki.

Estos privilegios se basan en que la fábrica que los tenga, puede abrir hasta 9 motores a lo largo de la temporada, a diferencia de las demás fábricas que solo disponen de 7. También tienen la opción de poder desarrollar los motores durante todo el año y la disposición de jornadas de entrenamientos privados ilimitadas.

Este año los únicos constructores con concesiones han sido Aprilia y KTM, una que tiene dificultades para obtener resultados y otra que acaba de aterrizar en el mundial. Suzuki regresó hace tres años a MotoGP y el más regular hasta ahora fue 2016 cuando quedaron cerca del tercer puesto de constructores frente a Ducati.

Este año no ha podido consolidarse del todo positivo a causa de que las expectativas y esperanzas puestas en Andrea Iannone, que llegaba desde Ducati como piloto puntero de la fábrica japonesa, no ha cumplido con los objetivos esperados. Por otro lado, la pérdida de numerosas carreras por parte de la juventud del equipo, Álex Rins, también ha hecho que no pudiera llegarse a los resultados soñados.

No obstante, a final de temporada pareció que ambos pilotos levantaban cabeza, logrando escalar posiciones en la clasificación de equipos y acabar en sexta posición por el trabajo realizado en la gira asiática. Finalmente han quedado por encima del EG 0,0 Marc VDS, LCR Honda y Pull&Bear Aspar.

Así, Suzuki tendrá este tipo de ventajas el año que viene, y tendrá la oportunidad de poder llevar a cabo el desarrollo que tanta falta les hace para poder llegar donde lo hicieron la pasada temporada.