Desde que le vimos liderar las primeras vueltas en el Gran Premio de Qatar, Johann Zarco ha estado en boca de todos. A pesar de haber acabado la primera de las carreras de la temporada en la grava, el potencial del francés ha quedado demostrado desde el minuto uno hasta la caída de la bandera a cuadros en Valencia. Zarco se ha coronado como el mejor rookie del año, y primer piloto satélite de la parrilla, desde su sexta posición.

Causó euforia desde el inicio del campeonato, con unos resultados y una adaptación a la MotoGP que sorprendieron a todo el paddock. El cero de Losail sería el único de la temporada al cual sumó tres podios: dos segundos y un tercer puesto, cerca de llevarse alguna victoria. Le hemos podido ver pelear con los pesos pesados de la categoría, incluyendo roces con Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, quienes se quejaron de su agresividad en la pista. 

Zarco sigue la rueda de Dovizioso en la pista / Foto: Getty Images
Zarco sigue la rueda de Dovizioso en la pista | Foto: Getty Images

Cierto es que también hemos sido testigos de la superioridad de la Yamaha 2016 frente a la de los pilotos oficiales, creando un verdadero quebradero de cabeza en el box azul que empezó a replantearse muchas cuestiones. Este año Johann Zarco pilotará con la moto de la discordia, a la espera de muchos por ver lo que el francés será capaz de conseguir con ella.

Andrea Dovizioso ha sido unos de los varios pilotos de la parrilla que ha aplaudido su actuación a lo largo del 2017, defendiendo al piloto francés en todas aquellas ocasiones en las que se le acusó de correr sin ser consciente del peligro. Para el italiano, lo que el bicampeón de Moto2 ha sabido demostrar este año es tan sólo una pequeña parte de lo que es capaz de aportar de cara a los próximos años.

“Zarco es una realidad y no solo porque se ha jugado el podio en las últimas carreras de 2017, sino porque pilota muy bien. Este año aún irá mejor porque tendrá más experiencia”, explica Dovizioso, quien asistirá a la presentación de Ducati el próximo lunes en Bolonia.