Loeb, Solberg, Grönholm…apellidos que nos recuerdan a la historia de los rallys, historia viva de nuestra pasión. Es imposible no emocionarse cuando puedes disfrutar de las habilidades de pilotos con que cuentan con numerosos campeonatos mundiales en una categoría que goza de una gran salud y que cuenta con un formato envidiable.

Y eso es lo que nos permite sentir el WRX en cada una de sus pruebas y en especial en aquellas en las que el público se entrega de una forma que poca gente puede entender, como ha sucedido en Portugal. En las gradas se podía sentir la pasión con la  que los “carreristas” vivimos el espectáculo de las carreras y sobre todo la devoción que se siente por figuras que son leyendas del deporte. 

Loeb durante la cita Lusa // Foto: TOTAL Racing
Loeb durante la cita Lusa // Foto: TOTAL Racing

Sábado, un día para adaptarse al circuito y ajustar correctamente los reglajes de las máquinas, pero sobre todo un día para no perder la cabeza y acabar en el muro con unas malas sensaciones que te pueden mermar el fin de semana. Kristoffersson atacó primero y venció en las dos mangas clasificatorias del sábado y acababa el líder con un colchón que le permite estar tranquilo en la Q3 y en la Q4 del domingo, pero no podía cometer errores. Su compañero Petter Solberg confirmaba el dominio de Volkswagen consiguiendo la segunda plaza en la general mientras Monsieur Sebastien Loeb se quitaba las malas sensaciones de Barcelona con la quinta plaza mientras que el campeón, Ekström, acaba por detrás de él en la sexta plaza.

Domingo, el día en el que se decide todo, el día en el que pilotos, mecánicos y aficionados lo dan todo para sentir y vivir la gran fiesta del motor. Para desayunar tuvimos un buen menú, el warm-up que confirmó el dominio de Volkswagen y las buenas sensaciones que Loeb estaba por fin encontrando en su 208 WRX.

Tras esto tocaba esperar a la Q3 para ver quién pasaba a las semifinales, los nervios estaban a flor de piel y cuando llegó el momento todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando vimos a Loeb trompeado y a Kristoffersson saltándose la  Joker Lap. Los dos pilotos punteros caían a las últimas posiciones de la manga y dejaban a Solberg solo en la cabeza de la Q3, pero los dos pilotos supieron reponerse y se calificaron para la seminifinal en una Q4 marcada por la gran estrategia del equipo Ford, que clasificó a sus dos pilotos para la siguiente ronda.

Block durante la Q4 // Foto: Ford Performance
Block durante la Q4 // Foto: Ford Performance

En las semifinales no hubo sorpresas y Loeb, Solberg y Ekström se clasificaron junto a Kristoffersson, Hansen y Nitiss para la gran final. El ambiente se calentaba, los ánimos del speaker y de los fans rompían el silencio que reinaba en la parrilla de salida, seis vueltas y un ganador que se lleva la gloria.

El semáforo rojo se apaga y deja su sitio a las luces verdes que marcan el comienzo de los seis minutos que pueden cambiar el destino del campeonato. Volkswagen se puso rápidamente en cabeza con Solberg en la primera posición mientras que Ekström y los Peugeot, con Loeb a la cabeza, optaban por realizar la  Joker Lap a las primeras de cambio. En las carreras todo puede pasar, y en Montalegre pasó algo que nadie podía pensar, los Volkswagen se tocaron en la segunda vuelta y Solberg quedó fuera de la pelea por culpa de un pinchazo.

Final del WRX de Portugal // Foto: Woodland Group
Final del WRX de Portugal // Foto: Woodland Group

Ekström y Loeb se iban a jugar la victoria, el piloto dominador contra la leyenda, Audi contra Peugeot. Tras una de las mejores últimas vueltas del WRX, Ekström se proclamó ganador de la cita Portuguesa con Loeb en la segunda posición. Sin duda, la final de Montalegre será recordada como una de las mejores de la historia.