El Mundial 2013 de Superbikes echaba el telón en Jerez, remate perfecto para una temporada cargada de emoción, la seña de identidad de la categoría desde sus albores. En el templo español de la velocidad, 30.000 gargantas se dieron cita para festejar lo que parecía inevitable. La consecución del título por parte del piloto británico Tom Sykes, un año después de quedarse a las puertas.

Medio punto le separó entonces del ya retirado Max Biaggi; por lo que, sin el romano en pista, toda la presión recaía sobre ‘Mister Superpole’. Sykes se ganó ese sobrenombre la pasada temporada, donde firmó la Superpole en 9 de las 13 citas.

Sin embargo, el romance que vivía con el cronómetro no veía su continuidad cuando a la ecuación se le añadía la variable de los demás pilotos. Habiendo salido desde la primera posición en 18 ocasiones, sus cuatro victorias evidenciaban un porcentaje de conversión de poles realmente pobre.

Aun así, llegó a ver abrirse las puertas del cielo merced a un final de año notable, pero Biaggi ya estaba en el umbral y cerró la misma. Sykes puso la mano para tratar de evitarlo, pero por medio punto se pilló los dedos. Y para este 2013 se trajo la lección muy bien aprendida.

Esta vez, la cuenta de las Superpoles de Tom se paró en ocho, pero a cambio la de victorias hizo más que duplicarse, llegando a sumar nueve pasos bajo la bandera a cuadros en primera posición. Y un dato que explica su evolución: las 3 vueltas rápidas que adornaban su hoja de resultados un año atrás se han convertido en 13 en la presente temporada. Números de campeón, el campeón del cronómetro.

El hombre que ha protagonizado una de las páginas más brillantes de la historia de Kawasaki, que suma su segundo título de Superbikes 20 años después del conseguido por el norteamericano Scott Russell en 1993. El binomio que Sykes ha formado con el equipo español dirigido por Guim Roda ha dado a las motos verdes la temporada más gloriosa que recuerdan.

Además, promete repetir en 2014. La estructura se mantendrá intacta, y de nuevo Sykes será el hombre a batir. Sus actuales rivales, y los que vendrán, estarán sedientos de venganza; pero Tom ya ha demostrado que sabe convivir con la presión del favoritismo.

Un adversario espectacular: Eugene Laverty

Como todo supercampeón necesita un gran subcampeón, Eugene Laverty ha apretado las clavijas de su compatriota hasta la cita final, sobre todo mientras se lo ha permitido su Aprilia, que en la primera mitad de campeonato le dejaba tirado con cierta asiduidad. Con el doblete logrado en Jerez ha sido mucho más que un convidado de piedra a la fiesta de Sykes; ha sido el animador perfecto para la misma, poniendo el colofón en un memorable adelantamiento por fuera a Marco Melandri en la curva Jorge Lorenzo para hacerse con la primera manga.

Sin duda el adelantamiento del año, un invisible galardón al que ya era candidato con su pasada en el Sacacorchos en la última vuelta para colarse en el podio de Laguna Seca, de nuevo con Melandri como desafortunado protagonista. Eugene ha sido el contraste óptimo al metrónomo de Sykes, que ha tenido en el norirlandés a ese rival que da mayor prestigio a lo logrado, como le sucediera a Biaggi con el propio Tom.

Laverty, que todavía no sabe si tendrá una moto competitiva para 2014, o si su destino está en el pelotón de MotoGP; suma un nuevo subcampeonato a los dos consecutivos logrados en el Mundial de Supersport en 2009 y 2010, y el mismo que obtuvo en 2004 en el campeonato británico de 125cc. Resulta evidente que, por lo mostrado este año (9 victorias y 19 podios en 27 carreras), merece un título.

Invitados de lujo

Con Sykes presidiendo la mesa y Laverty sentado a su derecha, el resto de comensales que han conformado la mesa de este gran banquete también merece un capítulo de honor en la memoria de esta temporada. Empezando, evidentemente, por el francés Sylvain Guintoli, tercer clasificado final tras liderar el certamen durante buena parte del mismo.

Fue el primer ganador del año y no volvió a ganar, un lastre que le ha impedido estar ante las cámaras a la hora de la verdad. Su gran regularidad, ayudada por la robustez de su Aprilia en comparación con la de Laverty, le permitió encabezar la general merced a su habitual presencia en el podio mientras sus rivales mezclaban victorias y abandonos. Hasta catorce ocasiones pudo verse al galo en el cajón, pero tener en trece de ellas a alguien por encima hace muy difícil pelear por el título. Eso sí, sus puntos fueron decisivos para el título de constructores de Aprilia.

Sentados juntos, Marco Melandri y Chaz Davies. La pareja de BMW, tercera marca en discordia, ha sido durante toda la temporada la gran alternativa al trío de cabeza. Con tres victorias cada uno, el italiano y el inglés han concluido el año en cuarta y quinta posición, respectivamente. Actuaciones inolvidables y carreras decepcionantes han formado una extraña amalgama de irregularidad que ha impedido a ambos soñar con mayores cotas.

Lesionados en Nurburgring, no estuvieron en las últimas carreras, pero Jonathan Rea y Loris Baz también se han ganado café, copa y puro en esta celebración. Rea ha vuelto a hacer maravillas con su Honda, a la que llevó al podio hasta en cuatro ocasiones, subiendo a lo más alto en una memorable carrera en Silverstone donde llevó el delirio a sus aficionados, horas antes de que Baz firmase su también única victoria en un año en el que el galo, benjamín de la categoría, ha sido un digno escudero de su compañero Sykes.

Siete pilotos han logrado victorias, pero otros cinco han saboreado el podio: Davide Giugliano, otro de los grandes animadores del campeonato, lo hizo en dos ocasiones con la Aprilia, con la que también lo hizo su compatriota Michele Fabrizio. Jules Cluzel y Leon Camier lo lograron una vez cada uno con la Suzuki, mientras que el podio de Ayrton Badovini en el caos de Moscú fue el oasis del desértico año de Ducati.

Elías releva a Checa

Precisamente ha sido ese 'annus horribilis' de Ducati con la nueva Panigale ha motivado el definitivo adiós de Carlos Checa al motociclismo. El de Sant Fruitós, anfitrión de los cuatro españoles presentes en la velada, se hartó de pelear en posiciones muy retrasadas y de tener que ver hasta doce carreras por televisión debido a las lesiones. La pole inicial en Phillip Island fue solo un espejismo, y el ‘Toro’ se despide desde la 15ª posición final con un sexto puesto en Portimao como mejor resultado.

Pero la retirada de Checa no ha dejado huérfano de españoles el Mundial de Superbikes. La grave lesión de Rea llevó a Fabrizio a Honda para las ocho últimas carreras, y Toni Elías se hizo con la Aprilia del italiano para olvidar el ostracismo de Moto2. Y vaya sí lo ha hecho. Debutó con un sexto y un quinto en Estambul, y con el cuarto puesto logrado en la última carrera en Jerez se ha hecho acreedor de una moto ganadora para 2014. Ocho carreras le han bastado para alcanzar el 16º puesto de la general, justo detrás de Checa, al que también intentará suceder en el palmarés español de Superbikes.

Además de Carlos y Toni, otros dos pilotos han paseado la bandera española en Superbikes en este 2013. David Salom se subió a la Kawasaki en sustitución de Baz, y con un noveno y tres undécimos puestos en cuatro carreras no desentonó en absoluto. Al igual que Xavi Forés, que tras un año inolvidable en el que ha sido campeón de Europa y lidera el campeonato de España tras quedarse sin equipo, recibió de Ducati el premio de subirse a la Panigale de Checa en Jerez. Xavi ha realizado un fin de semana más que satisfactorio, coronado con una novena plaza en la primera manga antes de ser tirado al inicio de la segunda.

El Mundial de Superbikes 2013 se despide, lo cual solo puede significar una cosa. El Mundial de Superbikes 2014 ya ha comenzado.

Fotos: Speedweek, Motorsport y AS.

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Sobre el autor
Nacho González
Periodista deportivo, especializado en motociclismo.